El ancestro genético de las personas que viven fuera de África se puede rastrear casi en su totalidad a un solo éxodo de humanos que salieron del continente hace mucho tiempo, insinúa un nuevo estudio.
Sin embargo, un pequeño legado de una salida previa podría persistir en algunos nativos de las islas del suroeste del Pacífico.
Esa es la conclusión a la que llegaron tres estudios del ADN moderno alrededor del mundo y que se publicaron el miércoles en el diario Nature.
Nuestra especie, Homo sapiens, surgió hace unos 200 mil millones de años en África. A partir de entonces, colonizaron el mundo, y los científicos aún intentan entender el momento en el que se dio dicha expansión.
El nuevo estudio aprovecha el hecho de que el ADN humano acumula pequeños cambios a través de los años. Eso se puede utilizar como un reloj para estimar hace cuánto tiempo fue que se separaron dos poblaciones. Esa aproximación no puede revelar todas las migraciones fuera de África, solo aquellas que dejaron un legado genético que prevalece hasta nuestros días.
Los científicos han rastreado una migración de ese tipo, de una sola población que salió del continente entre 40 mil y 80 mil años atrás, durante cierto tiempo y no al mismo tiempo. Pero otro trabajo ha revelado posibles indicios de una migración previa que se habría dado entre 120 mil y 130 mil años atrás.
Uno de los nuevos artículos afirma haber encontrado el rastro de una migración previa por parte de nativos de Papúa Nueva Guinea, ubicada al norte de Australia. Al menos 2 por ciento de su ADN podría venir de una población que se separó de los africanos alrededor de 120 mil años atrás, de acuerdo a los reportes de investigadores del Biocentro Estonio en Tartu, Estonia, y otras instituciones. El estudio analizó el ADN de 483 personas procedentes de 148 poblaciones de todo el mundo, incluyendo seis papuanos.
Los otros dos documentos concluyeron que en caso de que hubiera una contribución genética de una migración previa, debía ser mínima. Una investigación estudió el ADN de 300 personas de 142 poblaciones diversas, mientras que la otra examinó los códigos genéticos de 25 papuanos y 83 aborígenes australianos.