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EFE

El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva atribuyó hoy el proceso que ha iniciado la justicia en su contra por presunta corrupción asociada al escándalo de Petrobras al «temor» de que vuelva a postular a la Presidencia en 2018.

Lula participó en un acto de la campaña para las elecciones municipales del próximo 2 de octubre celebrado en Crato, una pequeña ciudad del estado de Ceará (noreste) en la que, frente a cientos de personas, criticó la decisión judicial de procesarle por supuestos delitos de corrupción y lavado de dinero.

El juez Sergio Moro, a cargo de la investigación sobre la red de corrupción que operó en la petrolera estatal, consideró que existen suficientes indicios para enjuiciar tanto a Lula como a su esposa, Marisa Leticia, y a otros seis allegados al ex presidente.

Están investigando mi vida desde hace dos años», se quejó Lula.

Están haciendo eso porque están con miedo de que sea candidato en 2018″, denunció.

Según Lula, la «persecución judicial» que dice sufrir es obra de una «élite económica y política» que no perdona que «un obrero haya llegado al poder» en Brasil, un país del cual afirmó que «desde el descubrimiento había estado gobernado por la aristocracia».

En tono irónico, dijo reconocer que cometió «barbaridades» en el Gobierno, entre las cuales citó «haber llevado a los hijos de los más pobres a la universidad, hacer escuelas técnicas, legalizar la profesión de empleada doméstica y garantizarle tres platos de comida por día a todos los brasileños».

En esa misma línea, responsabilizó «al pueblo» de todo.

Fueron ustedes los que eligieron presidente a un metalúrgico pobre», dijo Lula, protegido de un justiciero sol con un sombrero típico de la región noreste del país que usa en sus perfiles en redes sociales.

También aseguró que ese mismo pueblo tuvo después la «osadía» de elegir como su sucesora a su ahijada política Dilma Rousseff, quien el pasado 31 de agosto fue destituida tras un juicio parlamentario en el que fue declarada culpable de irregularidades fiscales.

En un Estado machista, tuvieron la osadía de elegir a una mujer para la Presidencia y eso ya fue demasiado para la elite», declaró.

En su discurso, de neto contenido político, Lula no hizo ningún comentario directo sobre las acusaciones que lo han sentado en el banquillo de los reos por segunda vez este año.

Según los cargos, el ex mandatario recibió diversos «favores» de empresas implicadas en el escándalo de Petrobras, entre los cuales figurarían un apartamento de playa y el pago del alquiler, durante cinco años, de un depósito para guardar regalos personales que recibió durante su Gobierno.

Lula ha negado ser propietario de ese apartamento, pero para la Policía y la Fiscalía existen firmes indicios de que, aunque no está registrado en su nombre, es el verdadero dueño del inmueble.

Además de ese proceso, Lula responde en otro juicio por cargos de obstrucción a la justicia, por el supuesto intento de soborno de un implicado en las corruptelas en Petrobras, al que habría ordenado que se le ofreciera dinero a cambio de su silencio.