Lugar:
Fuente:
Excélsior

Ricardo Antonio La Volpe arribó a Coapa para darle un nuevo rumbo al América con mano dura y sin dar espacio a que se ponga en entredicho su jerarquía y capacidad.

No necesitó mucho tiempo el Bigotón para enseñar lo dura que será su gestión para los jugadores si no se adaptan rápido a sus necesidades: un gesto con Javier Güémez y uno más con Michael Arroyo lo dejaron en claro.

Durante el partido ante Pumas, el argentino obligó a Güémez a continuar dentro del terreno de juego cuando vio su deseo de retirarse por un golpe que recibió en la pierna izquierda.

(Le dije) anda, párate como nueve aunque sea para estorbar. ¿Cómo te vas a tu casa? Luego dicen que el técnico se vuelve loco”, explicó La Volpe.

En el caso de Arroyo, la situación se dio por la molestia que evidenció cuando La Volpe le pidió realizara ciertos trabajos. Reconoció lo difícil que es el trato con el ecuatoriano, pero esta vez no se dejará llevar por sus impulsos.

«Me acerqué a Arroyo y le dije: ‘No mire con esas caras, a mí eso no, a esta edad las caritas a mí no me va a agarrar miedo. Lo que me tiene que demostrar es que es mejor y que quiere jugar”, dijo a la cadena deportiva ESPN. Lo anterior se suma a la labor táctica que ha realizado en apenas cuatro días, los cuales, a decir de Osvaldo Martínez, han resultado por demás enriquecedores. El cambio es notable.

Te da seguridad y confianza desde el banco, porque es un técnico con mucha trayectoria que sabe bastante. Se destaca la agresividad que tiene a la hora de marcar, nos pide que hagamos zona al equipo rival para que estemos bien compactos en la parte defensiva, no dar muchas ventajas a la espalda nuestra y la de la defensa. Poco a poco iremos mejorando”, apuntó.