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EFE

La sanción de FIFA y la investigación por ofensas al colombiano Jefferson Cuero dejan ver las dificultades de la Liga de fútbol de México por erradicar las expresiones racistas y homófobas de sus tribunas.

Cuero, jugador del Morelia, fue víctima de “supuestos gritos” de “algunos aficionados” en el estadio de las Chivas de Guadalajara este fin de semana, indicó la Comisión Disciplinaria al anunciar una investigación sobre los hechos.

Según los medios de prensa locales, durante el partido del torneo Apertura 2016, cada vez que el colombiano tomaba el balón, algunos aficionados imitaban el sonido de un mono.

Además de Cuero, en meses recientes, el colombiano Darwin Quintero y el ecuatoriano Michael Arroyo han denunciado presuntos insultos racistas de parte de sus rivales y de los hinchas.

La indagatoria sobre los gritos a Cuero llega al unísono con la decisión de la FIFA de sancionar a la Federación Mexicana de Fútbol como “consecuencia de la conducta discriminatoria y antideportiva de sus aficionados” en la eliminatoria mundialista rumbo a Rusia 2018.

La federación fue multada con 30.000 francos suizos (unos 30 mil 600 dólares) por gritos homófobos de sus aficionados durante el partido con Honduras del pasado 6 de septiembre en el estadio Azteca.

Esta multa se acumula a la que FIFA le impuso en mayo pasado por un total de 35.000 francos suizos (unos 35 mil 700 dólares) en castigo a los cantos discriminatorios en un partido contra El Salvador en el estadio Azteca.

Y es que semana a semana y en cada servicio de meta del equipo contrario, los aficionados mexicanos lanzan un coro homófobo que se ha extendido a otros torneos y a los estadios de otros países a los que acude a jugar la selección.

Este grito se escucha en la mayoría de los estadios de fútbol de México y se ha convertido en un problema para la Federación cuando se presenta en partidos de la eliminatoria de la Concacaf.

Los directivos han salido al paso en diversas ocasiones para argumentar que el grito utilizado (“eehhhh puto”) es una expresión que no es actual y que tampoco es discriminatoria en el sentido homofóbico, sino que es un mexicanismo con varios significados.

La Liga local ha desplegado por meses una campaña para desalentar los gritos que los aficionados lanzan en los estadios y que han sido calificados como homófobos por agrupaciones de derechos civiles.