Un grupo de 33 sobrevivientes del campo de concentración de Auschwitz saludaron hoy al Papa Francisco, durante su audiencia pública semanal en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Todos ellos portaban sus tradicionales pañuelos blancos a rayas azules y al final del encuentro se tomaron una foto con el pontífice, quien visitó el campo en julio pasado durante su visita apostólica a Polonia.
En un repaso de su viaje apostólico del pasado fin de semana por Georgia y Azerbaiyán, el líder católico aseguró que el ser cristiano no impide sino que, más bien, empuja a buscar el encuentro y el diálogo con todos los que creen en Dios, para construir juntos un mundo más justo y fraterno.
Recordó que su paso por el Cáucaso, que incluyó también la gira por Armenia de junio, pretendió animar a la paz y a la fraternidad a las poblaciones de esa región, las cuales, dijo, pueden vivir con respeto recíproco.
“La Iglesia Católica está llamada a estar presente, a ser cercana, especialmente en el signo de la caridad y de la promoción humana, busca hacerlo en comunión con las otras iglesias y comunidades cristianas y en diálogo con las otras comunidades religiosas, en la certeza de que Dios es Padre de todos y nosotros somos hermanos y hermanas”, añadió.
Al final de la audiencia, el líder católico saludó también a un numeroso grupo de españoles que trabajan en un programa cuyo objetivo es evitar que los niños caigan en situaciones de exclusión y que es promovido por la religiosa argentina Lucía Caram.
Ellos le regalaron al Papa una camiseta del club de futbol Barcelona, institución que apoya económicamente la iniciativa. Con Caram asistió al Vaticano Jordi Cardoner, vicepresidente primero del equipo español.