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Excélsior

El América celebró los cien años de su fundación y lo hizo con festejos alejados de la opulencia, entre los que destacó la inauguración de la cancha Cien años, en un evento en el que estuvo presente el dueño del club, Emilio Azcárraga, cuerpo técnico, directiva y jugadores.

Al finalizar la presentación, Ricardo Peláez, presidente deportivo, se asumió como un afortunado por vivir una etapa tan importante de la institución, aunque lo hizo sin olvidarse del compromiso de seguir con la cosecha de éxitos para honrarla todavía más. Lo hizo como jugador e intentará continuar con su racha de éxitos como directivo.

Nos ha tocado vivir esta etapa, pero yo llegué en 1985 a debutar. Es un orgullo, un privilegio y una gran responsabilidad trabajar día a día y nunca hay que tirarnos en una zona de confort porque la afición lo exige. El compromiso es permanente. Este torneo vamos a ganar algo, de eso estoy seguro. Ojalá sean los tres (torneos), o dos o uno, pero vamos a seguir ganando. Ojalá seamos el más ganador por cien años”, comentó.

Peláez agregó que la afición está necesitada de títulos, por lo que en el club se trabaja para corresponder a esas exigencias. Por eso que con Ricardo Antonio La Volpe se busque ganar cada partido posible, pero sin olvidarse de hacerlo con espectáculo.

Por otra parte, el directivo dijo que están satisfechos con las labores que se han realizado para conmemorar los 100 años del club, aunque, al igual que José Romano, consideró que lo ideal es cerrar el año con un partido frente al Real Madrid en el Mundial de Clubes.

“Para nosotros hemos cumplido con muchas cosas, pero lo más importante, y se le puede preguntar a los aficionados, es que quieren que el equipo gane. Vamos a enfrentar al Real Madrid, pero para hacerlo tenemos que ganar el primer partido, entonces no podemos hablar de eso si no lo hacemos. Cuando llegue el Mundial de Clubes vamos a hablar del tema”, dijo.

A las afueras de Coapa se pudo ver desfilar a cerca de 500 aficionados durante la mañana y tarde, aunque se quedaron con las ganas de poder ver a sus ídolos de cerca. Colgaron mantas y entonaron cánticos que fueron escuchados por el plantel en el entrenamiento matutino.