El estado mexicano de Michoacán, mayor productor de aguacate del mundo, está viendo amenazados sus bosques de pino y encino debido a la deforestación masiva que provoca el aumento del número de cultivos de esta fruta. Por otro lado, el llamado ‘oro verde’ es el principal ingreso que recibe la economía de la localidad.
Siembra furtiva
Desde hace varios años, el éxito comercial del aguacate ha detonado su siembra furtiva: la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente de Michoacán estima que supone unas 20.000 hectáreas, lo que hace que se pierdan entre 600 y 1.000 hectáreas de bosque anualmente.
En algunas ocasiones, son los propios productores los que provocan incendios para luego poder plantar árboles de aguacate en el terreno devastado. Otros, esconden las plantas entre los pinos que posteriormente talan clandestinamente uno a uno o los dejan secar para luego justificar su derribo.
¿Un buen negocio?
El secretario de Urbanismo y Medio Ambiente, Ricardo Luna García, afirma que el ingreso por esta actividad supone 17.000 millones de pesos anuales (unos 872 millones de dólares), informa la BBC. La Asociación de Productores y Empacadores de Aguacate de México (APEAM) revela que cada año se exportan un millón de toneladas de esta fruta.
Las autoridades de Michoacán han puesto en marcha una estrategia de emergencia para frenar esta tendencia mediante la inclusión de una policía especial, cuyo cometido es capturar a los cultivadores furtivos de aguacate. Luna revela que en lo que va de año más de 100 personas han sido detenidas y cientos de hectáreas de aguacate, recuperadas.
Oficialmente hay registradas 120.000 hectáreas de este cultivo, pero «extraoficialmente» pueden alcanzarse «hasta las 140.000 aproximadamente», denuncia el funcionario.