Las icónicas cabinas telefónicas rojas se han transformado desde su aparición hace 80 años para convertirse en módulos de internet inalámbrico, puestos de café, bodegas y cajas solares de recarga de batería.
Las casetas telefónicas entraron en desuso con la introducción masiva de teléfonos celulares que sustituyeron a los famosos teléfonos públicos de monedas que fueron abandonados y vandalizados.
En 2009 la compañía telefónica British Telecom (BT) lanzó la campaña “Adopte una cabina” a través de la cual incentivó a municipios y comunidades locales a adoptar y conservar una por el simbólico precio de una libra.
BP calcula que unos tres mil 500 quioscos o cabinas telefónicas han sido adoptadas para diferentes usos, además de ser uno de los íconos británicos más fotografiados por los turistas.
El empresario Omar Khalid decidió montar un café en el reducido espacio de 70 centímetros de ancho por dos metros 40 centímetros de alto en la transitada calle principal de Hampstead, en el norte de Londres.
“Abrí el negocio en abril de este año después de varios meses de papeleo y de pagar una licencia a la delegación. Comencé a operar el estante de café y en el verano también les preparo malteadas a los niños”, señaló a Notimex el dueño del pequeño negocio.
El espacio de menos de un metro cuadrado está aprovechado al máximo con una cafetera que puede preparar espressos americanos, capuccinos y lattes. En las repisas hay lugar para algunas golosinas, pan dulce y hasta el periódico local.
“Hasta ahora el concepto ha sido bien recibido por la comunidad local y hay quienes me comentan que el café es excéntrico y le da un toque diferente a la zona”, comentó Khalid, quien tiene que pagar una renta mensual a The Red Kiosk Company -que es dueña de quioscos en todo el país.
A unos pasos de la pequeña cafetería en la afluente zona se encuentran dos cabinas completamente en desuso, junto a una más que está pintada en color negro y que ofrece servicio de wifi.
De acuerdo con una encuesta realizada en 2015 sobre los mejores diseños británicos, el tradicional quiosco rojo (Series K) resultó ser el favorito del público con 40 por ciento de la preferencia, por encima de los autobuses rojos de dos pisos con 28 por ciento de la votación.
La serie K6 fue diseñada por el renombrado arquitecto Giles Gilbert Scott (1880-1960) en 1935, para celebrar el jubileo de plata del rey Jorge V.
El director de Patrimonio Cultural de BT, David Hay, señaló que las cabinas rojas, en particular la clásica serie K6, son parte de la historia de Reino Unido y un ícono cultural.
“Son reconocidos por gente de todo el mundo. El K6 es en particular uno de los predilectos y un embajador de Reino Unido en todo el mundo -muchos se encuentran en Estados Unidos, Cuba, Brasil, Suiza, Hungría y Alemania”, precisó.
Bajo el esquema “Adopte una cabina” algunas comunidades han convertido las casetas telefónicas en mini galerías, un desfibrilador -para la insuficiencia cardiaca-, bibliotecas y centros de recarga de batería.
Una de ellas, que había sido abandonada y vandalizada, fue transformada en la primera cabina solar, conocida como Solarbox, que cuenta con cuatro tomas de corriente para recargar teléfonos celulares y tabletas.
La caseta, que se encuentra afuera de la concurrida zona del metro Tottenham Court Road en el centro de esta ciudad, es utilizada desde 2014 por transeúntes que recargan sus aparatos de manera gratuita.
Sin embargo, algunas de ellas que incluso han sido enlistadas como patrimonio protegido, se encuentran completamente abandonadas y su interior utilizado como urinario provisional o como bote de basura.
Se estima que de los 46 mil teléfonos públicos que existen en el Reino Unido, ocho mil son quioscos rojos y unas dos mil 400 casetas son parte de la lista de edificios protegidos.