El diseñador Giorgio Armani, el actor Roberto Benigni y el director de cine Paolo Sorrentino se convirtieron en embajadores de Italia en la última cena de Estado que acoge el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a la que fueron invitados por el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Junto a ellos, Renzi invitó a la cena de Estado en su honor al cocinero Mario Batali, encargado además de cocinar para los más de 400 invitados a la Casa Blanca, y a la atleta paralímpica Beatrice Vio, que se llevó el oro en esgrima desde su silla de ruedas en los Juegos de Río, según una lista divulgada por la Casa Blanca.
La cultura italiana estará representada por Armani, todo un ícono de la moda italiana; por Sorrentino, director de “La Grande Bellezza”; y por Benigni, ganador de un Oscar en 1999 por “La vida es bella”, que se mezclarán con varios invitados de la amplia comunidad italo-estadunidense.
La cantante Gwen Stefani y el actor John Turturro son algunos de los invitados de la Casa Blanca, que también ha convidado a otros famosos como el humorista Jerry Seinfeld, los cantantes James Taylor y Frank Ocean, y el rapero Chance Bennett.
Batali preparó para la ocasión un menú en el que no podía faltar la pasta, con agnolotti rellenos de batata y perejil, lomo de res con bresaola y una crostata (tarta italiana) de manzana.
Obama dijo hoy que la última cena de Estado de su Presidencia es “un momento agridulce”, pero halagó a Renzi al asegurar que ha “dejado la mejor para el final”, durante una conferencia de prensa conjunta.
El mandatario perfiló a Renzi como un socio clave que encarna un nuevo tipo de liderazgo para una Europa que, a su juicio, debe mantenerse “fuerte” y “unida”, y volver a centrarse en el crecimiento en lugar de en políticas de austeridad.
dec