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La Silla Rota

A dos días de las elecciones, los candidatos Hillary Clinton y Donald Trump ajustaron su ofensiva final a media docena de estados “campos de batalla” para buscar perforar sus respectivos muros de apoyo azul y rojo hasta el último minuto antes del voto.

Los candidatos más impopulares en la historia política moderna de Estados Unidos lanzaron su último esfuerzo por alentar la participación de sus seguidores y convencer a los indecisos en Ohio, Florida, Minnesota, Nueva Hampshire, Michigan y Pensilvania.

Mientras la candidata demócrata, cuenta con el apoyo de celebridades como Vicente Fernández, Jennifer López, Marc Anthony, Katy Perry, Lebron James, Beyonce, Bon Jovi y Jay Z, así como del presidente Barack Obama y de Michelle Obama, Trump está prácticamente solo.

Con su ventaja en el voto popular y en el decisivo Colegio Electoral, Clinton decidió hacer campaña este domingo en Cleveland, Ohio, en compañía de la estrella de la NBA, Lebron James, en busca de erosionar el apoyo a Trump en un estado con 18 votos electorales.

El republicano, Donald Trump, aparece en los últimos sondeos con una ventaja de 5.0 puntos porcentuales sobre Clinton en Ohio, que fue ganado por el presidente Barack Obama en 2018 y 2012, pero donde ha resonado el mensaje anti-libre comercio de Trump con trabajadores blancos.

Políticamente Clinton será apoyada en el “sprint” final por el presidente Obama, con apariciones personales del mandatario en Florida, Minnesota, Nueva Hampshire y Pensilvania, a fin de apuntalar el entusiasmo entre votantes negros.

Durante el actual ciclo electoral, la participación de electores afroamericanos ha caído 3.3 por ciento en Florida, 4.8 por ciento en Carolina del Norte y 5.1 por ciento en Georgia, comparado con el de 2012.

En contraste, la asistencia a las urnas durante la fase del voto temprano por parte de los votantes hispanos, se ha incrementado en 4.3 por ciento en Florida, 0.7 por ciento en Carolina del Norte y 0.8 por ciento respecto del pasado ciclo electoral.

En uno de los eventos estelares de la recta final hacia las elecciones, Clinton compartirá el escenario con el presidente y con su esposa Michelle el lunes por la noche en la ciudad de Filadelfia, Pensilvania, cuna de la democracia de Estados Unidos.

Con sus 20 votos electorales, el estado de Pensilvania es considerado clave en los esfuerzos para minar el muro de contención demócrata de Clinton, pero las posibilidades del millonarios son remotas toda vez que se encuentra en una desventaja de al menos cinco puntos.

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La exprimera dama busca afianzar su ventaja sobre Trump en ese estado clave, donde goza de una delantera de cinco puntos porcentuales, para evitar que el millonario erosione el llamado “muro azul” de estados demócrata.

Trump, mantiene una distancia competitiva frente a Clinton en varios de los estados «campo de batalla», en algunos casos dentro del margen de error estadístico de las encuestas, se concentrará en los próximos días en los estados de Michigan y Minnesota.

Aunque Trump ganará los mismos estados que Mitt Romney en 2012, además de Florida, Ohio, Iowa y Nevada, requeriría por lo menos de uno de los estados “azules” para poder alcanzar la cifra mágica de 270 votos electorales, siempre y cuando no pierda un estado “rojo” ante Clinton.

Expertos coinciden que las mayores posibilidades de Trump residen en los estados de Nueva Hampshire, donde existe una alta proporción de votantes independientes, así como en Michigan, ganado por Obama en 2012.

Aún cuando Trump se encuentra en desventaja frente a Clinton en Michigan, un estado con 16 votos electorales, el millonario cifra sus esperanzas en el hecho de que este estado industrial fue ganado por Bernie Sanders en las elecciones primarias.

Su decisión de hacer campaña en Minnesota sorprendió sin embargo a expertos, toda vez que el estado ha sido sólidamente demócrata y Clinton se encuentra en clara ventaja.

Aunque el número de estados campos de batalla difiere en cada ciclo electoral, las elecciones del 2016 pusieron en juego un número inédito de hasta 15 estados del país podrían ser ganados tanto por demócratas como por republicanos.

Su importancia radica en el hecho de que en el sistema electoral de Estados Unidos es el Colegio Electoral y no el voto popular el gran elector del presidente.

Para llegar a la Casa Blanca se requiere ganar 270 votos de los 538 votos electorales del colegio electoral, que se distribuyen por cada uno de los 50 estados del país, así como en el distrito de Columbia, con base en el tamaño de la población.

En cuatro ocasiones en la historia de Estados Unidos los candidatos presidenciales han ganado el voto popular pero perdido los votos electorales y por lo tanto la presidencia. El más reciente fue el caso de Albert Gore en las elecciones del 2000 frente a George W. Bush.

The Washington Post colocó la víspera a Clinton con una ventaja de 81 votos electorales en la carrera del crucial colegio electoral.

Clinton aparece con 290 votos electorales, es decir 20 más de los necesarios para ganar, mientras que el millonario figura con 209 votos electorales.

El mapa aritmético muestra sin embargo un debilitamiento de Clinton en tres estados clave: Arizona, Ohio y Nueva Hampshire, éstos dos últimos ganados por Barack Obama en 2012.