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La Jornada

Vanessa Rubio, subsecretaria de Hacienda, informó que se mantiene la estimación de crecimiento para la economía mexicana en 2016 de 2.0 a 2.6 por ciento, después de que se conoció el dato de crecimiento del Producto Interno Bruto ( PIB) al tercer trimestre del año de 2 por ciento en términos anualizados.

En conferencia de prensa la funcionaria reiteró que la expectativa de crecimiento para 2017 también se mantiene en un rango de 2.0 a 3.0 por ciento y señaló que la Secretaría de Hacienda se mantendrá vigilante dado que no se han materializado las políticas anunciadas por Estados Unidos.

Destacó que la economía mexicana registra un crecimiento acumulado entre enero y septiembre de 2.3 por ciento y el mercado interno es el que está impulsando el dinamismo de la economía, por lo que se continuará fortaleciendo el consumo doméstico.

Lo anterior, se presenta en un entorno internacional adverso de alta volatilidad, resultado de la materialización de algunos riesgos de políticas en Estados Unidos y las menores expectativas de crecimiento en los países desarrollados. México, dijo, cuenta con fundamentos macroeconómicos sólidos con inflación baja, manejo responsable de la deuda, una banca bien capitalizada y una amplia agenda de reformas estructurales.

Subrayó que la economía se expandió a una tasa de dos por ciento anual y uno por ciento trimestral y en su comparación anual fue mayor a la estimación inicial de 1.9 por ciento del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Acompañada de Luis Madrazo Lajous, jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Vanessa Rubio refirió que el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó de -0.4 a -0.6 por ciento el crecimiento en América Latina y mantiene un pronóstico de crecimiento mundial de 3.1 por ciento.

El crecimiento de México se compara favorablemente con el de otros países de la región y nos ubica en una mejor posición que otras economías, aseguró.

Indicó que el crecimiento económico del país fue afectado por la caída de 1.7 por ciento en la producción petrolera en el segundo y tercer trimestre del año.