El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, aseguró hoy que “las empresas no se van a ir de EE.UU. nunca más sin consecuencias” en su visita a una fábrica en Indianápolis (Indiana), con la que alcanzó un acuerdo para mantener un millar de empleos que la compañía preveía trasladar a México.
“Las empresas no se van a ir de EE.UU. nunca más sin consecuencias. No podemos permitir que ocurra esto con nuestro país. Hay muchísimos empleos saliendo de EE.UU. y trasladándose a otros países”, indicó Trump tras un breve recorrido por la planta del fabricante de hornos y aires acondicionados Carrier, en su primera comparecencia pública tras la celebración de su victoria electoral el 8 de noviembre.
La empresa de hornos y aires acondicionados confirmó la decisión e informó que había recibido el compromiso por parte de las autoridades estatales de recibir 7 millones en exenciones fiscales.
Trump, quien estuvo acompañado por el vicepresidente electo y ex gobernador de Indiana, Mike Pence, y por Greg Hayes, presidente de United Technologies, propietaria de Carrier, insistió en su intención de reducir los impuestos sobre sociedades desde el actual 35 % hasta el 15 % para incentivar a las empresas a invertir en EE.UU. y aumentar las tarifas en la frontera.
Señaló, en concreto, que logró cambiar los planes de Carrier con una llamada telefónica en la que convenció a Hayes de quedarse en Indiana.
Trump había prometido durante la campaña electoral forzar a los ejecutivos de la compañía a cancelar sus planes de traslado a México.
Aunque Carrier se ha comprometido a dejar 800 empleos directos y 300 más de administración en Indiana, mantiene su intención de mover otros 700 a sus instalaciones en Monterrey (México) y cerrar otra fábrica en Huntington, también en el mismo estado, donde hay 700 personas empleadas.