Luego de la tragedia el Chapecoense fue nombrado campeón. Foto: AP
El presidente del Chapecoense, Plinio David De Nes Filho, recogió hoy visiblemente emocionado el trofeo de campeón de la Copa Sudamericana otorgado al conjunto brasileño, que perdió a 19 miembros de su plantilla, directiva y cuerpo técnico el pasado 28 de noviembre en un accidente aéreo en Colombia.
Con la voz entrecortada, De Nes Filho pidió que el trofeo de campeón pudiera «ser dividido» para compartirlo con el Atlético Nacional colombiano, e invitó a Daniel Jiménez, representante del club cafetero, a subir al escenario y levantar el premio juntos de nuevo.
«Esta noche me gustaría agradecer a todos, todas las naciones, pero me permito de una forma muy especial y cariñosa y agradecido en nombre de nuestro club, de nuestra ciudad, me gustaría de dividir el trofeo con Atlético Nacional, por su gesto», dijo De Nes Filho.
El presidente del Chapecoense se refería a la petición del conjunto colombiano a la Conmebol el día siguiente al accidente para que premiara al equipo brasileño como campeón de la Sudamericana, cuyo partido de Ida iba a jugar en Medellín cuando sufrieron el siniestro.
Asimismo, De Nes Filho colocó a Jiménez una bufanda del Chapecoense y se fundieron en un largo abrazo bajo los aplausos continuados de los presentes.
De Nes Filho recibió la copa durante el sorteo de la Copa Libertadores 2017 celebrado en Luque, en el Gran Asunción, de manos del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, quien destacó al inicio de la gala que era «una noche de sentimientos encontrados».
«Debo admitir que tengo un pesar en el alma cuando recuerdo que unos días atrás la familia del fútbol estuvo de luto», dijo Domínguez en relación al accidente del vuelo siniestrado en el que viajaba la plantilla del Chapecoense, un accidente que costó la vida a 71 personas.
Domínguez indicó que pese a que el fútbol es habitualmente rivalidad, la tragedia aérea de Colombia sirvió para demostrar que también es «una fuerza integradora, nos acerca nos une y nos entrega paz, y nos da lo mejor de nosotros».
El equipo brasileño volaba en un avión fletado a la empresa de bandera boliviana Lamia, que se estrelló poco antes de llegar al aeropuerto de Medellín dejando 71 víctimas entre jugadores, cuerpo técnico, directiva, tripulación y periodistas.
El Chapecoense iba a jugar en Medellín el primer partido de la final de la Copa Sudamericana frente al Atlético Nacional, que después del desastre solicitó que el título de ese torneo le fuera otorgado al equipo brasileño, lo que fue aceptado por las autoridades del fútbol regional.