Hay una teoría de que las defensas suelen marcar la diferencia en los playoffs de la NFL. Tal parece que los Falcons de Atlanta y los Packers de Green Bay jamás recibieron el aviso.
Dos de las ofensivas más prolíficas de la liga, encabezadas por los dos quarterbacks con más pases de touchdown durante la temporada regular, se enfrentan el domingo por el campeonato de la NFC y con la mayor apuesta en juego: un boleto al Super Bowl.
Por los Falcons, Matt Ryan tuvo una temporada que lo coloca entre los favoritos para el premio a Jugador Más Valioso, en la que fue segundo de la NFL con 38 pases de touchdown y yardas aéreas (4.944) y primero con un rating de 117,1 al mando de la ofensiva que más puntos anotó durante la campaña regular.
Del otro lado estará Aaron Rodgers, quien fue líder en pases anotadores con 40, solo siete intercepciones y ha guiado a los Packers a ocho triunfos consecutivos, ninguno más dramático que la remontada con 35 segundos en el reloj para derrotar a domicilio a los Cowboys de Dallas en la ronda divisional de la semana pasada.
«Nos encanta este reto», señaló el cornerback de los Falcons, Robert Alford, cuando le preguntaron sobre las predicciones de un partido de muchos puntos.
Pero si hay que hablar de drama, solo basta remontarse al duelo entre Packers y Falcons de la semana ocho en el mismo escenario de la final de la Conferencia Nacional del domingo, el Georgia Dome. En aquella ocasión, Ryan guio a Atlanta a un triunfo 33-32 gracias a su pase de touchdown a Mohamed Sanu a 36 segundos del final.
Rodgers busca su segunda participación en el Super Bowl en su tercera aparición en la final de Conferencia, y es posible que deba salir al emparrillado sin su receptor favorito, Jordy Nelson, quien aún se recupera luego de sufrir fracturas en al menos dos costillas durante el duelo de ronda de comodines ante los Giants de Nueva York.
Ryan tampoco presumirá de su arsenal a máxima capacidad, pese a que vienen de desplegar una ofensiva de 422 yardas en la victoria de 36-20 ante los Seahawks de Seattle. El estelar receptor Julio Jones se resintió de una dolencia en un dedo del pie izquierdo en el cuarto final del duelo ante Seattle, y aunque se espera que participe el domingo ante los Packers, posiblemente no esté en condiciones perfectas.
Jones, quien tuvo 83 recepciones para 1.409 yardas y seis touchdowns durante la temporada regular, aseguró que estará listo.
«No me afectará para nada», afirmó.
En un duelo en el que las ofensivas acaparan los reflectores, posiblemente sean las defensivas las que tengan que definir el encuentro y ninguna de las dos tendrá una tarea fácil. Durante la racha ganadora de Green Bay, Rodgers acumula 23 pases de touchdowns a cambio de una sola intercepción, mientras que los Packers promedian 32 puntos anotados en ese lapso. Atlanta admitió 25 puntos por encuentro en campaña regular.
Eso podría no ser suficiente para Green Bay, considerando el formidable rival que tienen enfrente. Atlanta encabezó la NFL en campaña regular con 540 puntos, 33,8 puntos por encuentro y durante la racha de cinco victorias de los Falcons el ataque alcanzó un nuevo nivel al promediar 38 puntos. Una defensiva de los Packers que permitió 24,2 puntos durante el calendario regular, luce como una víctima fácil para el arsenal de Ryan.
«Es fácil decirlo, hacerlo es otra historia», dijo el linebacker de los Packers, Clay Matthews, sobre la tarea de detener a Ryan y compañía. «Pero eso es lo que intentamos hacer todas las semanas. Se trata de detener el ataque terrestre y de presionar al quarterback».
Dada la paridad, al menos en números entre las ofensivas y defensivas de estos dos equipos, el boleto al Super Bowl podría definirse en el control del reloj y es ahí donde Atlanta tiene la ventaja con el quinto mejor ataque terrestre de la liga de la mano de Devonta Freeman y Tevin Coleman, que superan claramente a la ofensiva por tierra de Green Bay, que se ubicó como el 20mo de la NFL.