Después de entusiasmar el mundo del motor con el Vuhl, el primer auto mexicano ultraligero de alta velocidad, los hermanos Guillermo e Iker Echeverría se enfocan en fabricarlo en una edición limitada que haga las delicias de coleccionistas y aficionados.
“Producimos 25 vehículos al año; dos por mes”, dijo a Efe Guillermo, el mayor de estos hermanos que hace siete años volcaron en el Vuhl el ADN por la velocidad que heredaron de su padre, un ex piloto mexicano de automovilismo.
La planta de Vuhl tiene la capacidad para producir 60 vehículos anuales, una cantidad que podrían duplicar con facilidad, indicó Guillermo, aunque él mismo gusta de señalar que un máximo de 100 automóviles fabricados sería el “punto sano para la marca”.
“Por los planes que tenemos y el tipo de vehículo que hacemos, no quisiéramos crecer mucho más”, comentó Guillermo, un diseñador industrial de 35 años de edad, en la boutique “Car and Toy” que la marca tiene en la Ciudad de México.
Aseguró que la empresa Vuhl no quiere “tener números más altos” de producción porque prefiere invertir en tecnología para tener un mejor vehículo, y entonces “poderlo cobrar bien”.
Iker, de 33 años y ganador en 2007 del premio de diseño industrial mexicano Quórum cuando era un estudiante, refuerza el concepto al señalar que la distinción es que el auto está “hecho a la medida” del cliente, que entonces recibe un producto exclusivo y “de edición limitada”.
Desde su presentación en 2013 en el Reino Unido tras 38 meses de trabajo en su diseño y construcción, el Vuhl 05 logró ganarse un sitio en el nicho de autos de lujo por su gran atractivo para los coleccionistas y aficionados.
El éxito del Vuhl, que tiene un precio de venta a partir de 109.000 dólares (2.227.960 pesos mexicanos), llevó a los Echeverría a abrir puntos de venta en Londres y en los Emiratos Árabes, y desde mediados de 2016 en la Ciudad de México.
En julio de 2016 lanzaron el modelo 05RR, al que consideran la “versión más agresiva” del automóvil ya que se logró bajar el peso del vehículo en 100 kilos y aumentar la potencia del motor en 100 caballos de fuerza.
Esta versión pesa 640 kilogramos y puede alcanzar una velocidad de hasta 255 kilómetros por hora, tiene 385 caballos de fuerza, cuatro cilindros turbo, seis velocidades y va de 0 a 100 kilómetros por hora en 2,7 segundos, con una versión de dos litros del motor Turbo EcoBoost DOHC Ford.
“Nuestra compañía continuamente está en desarrollo de nuevas tecnologías que vamos permeando a los vehículos; elevamos drásticamente la relación peso-potencia, que es nuestro mayor valor agregado, y nos puso en la parte más alta del nicho que buscamos”, reveló Guillermo.
El siguiente paso será Estados Unidos, un “mercado ideal”, de acuerdo con Guillermo, quien no se amedrenta ante la situación creada por el nuevo presidente de ese país, Donald Trump. Aunque las noticias “no son alentadoras”, reconoció.
Recientemente, Iker llevó el Vuhl a la Carrera de Campeones en Miami (EE.UU.), donde lo condujeron dos pilotos campeones del mundo en Fórmula Uno, el francés Sebastian Vettel (2010, 2011, 2012 y 2013) y el británico Jenson Button (2009).
“Nos llena de felicitad que un producto en el que hemos trabajado por siete años llegue a un evento de este nivel”, comentó Iker.
Además de sus características técnicas, Iker y Guillermo reivindican que el Vuhl es un auto mexicano que se fabrica en México y por mexicanos, una treintena de empleados de su fábrica.
El 51 % de la plantilla de la empresa es mexicano, 43 % proviene del Reino Unido y el resto de varias naciones, explicó Guillermo.
El nicho de mercado al que va dirigido el Vuhl está formado por coleccionistas y aficionados que ya tienen en sus garajes vehículos de otras marcas de prestigio como las alemanas y las italianas “y buscan algo diferente”, indicó.
“En un momento dado, estos coleccionistas buscan algo que les dé una experiencia más radical, más fuerte, más directa, y es cuando buscan marcas de nicho como Vuhl”, manifestó.
Los vehículos son personalizados y están numerados. Compiten en el segmento de autos como el BAC Mono, el Ariel Atom y el KTM X-Bow.
En México existe otro antecedente de incursión en la fabricación de automóviles con la marca Mastretta MXT, el primer cupé de tamaño medio diseñado y producido en el país, cuya producción fue detenida en 2011.