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La Jornada

Para la mayoría de los mexicanos la vida sexual es muy importante y planean sus encuentros, en promedio seis al mes, con fecha y hora específica, lo que derriba el mito de la espontaneidad, afirmaron especialistas. Pero una tercera parte están insatisfechos con la calidad de sus relaciones. Es más, casi la totalidad de las mujeres están de acuerdo en que su pareja busque ayuda para mejorar su desempeño.

Un problema grave, todavía difícil de admitir, es la disfunción eréctil, que afecta en algún grado a más de la mitad de los varones entre los 40 y 70 años. Una minoría de los afectados lo reconocen y piden ayuda, pues persiste el machismo, que obstruye el derecho al placer propio y el de la pareja, explicaron los terapeutas y expertos en sexualidad Francisco Delfín y David Barrios.

La próxima celebración del Día del Amor y la Amistad es propicia para hablar del tema y de la importancia del placer sexual para hombres y mujeres. Subrayar que es un derecho inalienable de los individuos y que debería asegurarse que dicho placer sea pleno y de calidad. Que las relaciones sexuales se realicen sin prisas y en un ambiente que propicie el encuentro de los cuerpos, en sesiones donde prevalezcan la calidez y el amor y no se limiten a la simple penetración, señaló Barrios.

Quejas sobre el arte amatorio

Afirmó que esto es lo que reclaman muchas mujeres, las cuales también se quejan del pésimo arte amatorio de los hombres, incluso de aquellos que logran erecciones perfectas. Pueden ser percheros ambulantes, pero pésimos amantes.

Eso es lo que se ve en la clínica, porque cada vez más las mujeres se involucran en el tratamiento de los hombres, principalmente cuando hay disfunción eréctil. Antes, ellos llegaban solos, con resistencia a hablar de su intimidad, pero ya en el límite por la dificultad creciente para evadir a su pareja. El involucramiento de ellas ha sido lo mejor, comentó Barrios, porque el tratamiento integral en el que también se atienden las necesidades de las mujeres, contribuye a mejorar la relación.

Es frecuente, dijo, que cuando los hombres se aíslan y pretenden esconder sus dificultades para lograr la erección, las mujeres piensan que ellas tienen la culpa, que ya no son atractivas o que tal vez hay otra mujer. Y de ahí se puede derivar otra diversidad de conflictos, como la inhibición del deseo sexual en ella o incluso la separación.

Eso no debiera ocurrir si hay comunicación, sobre todo en la época actual, en que existen tratamientos farmacológicos para combatir la disfunción eréctil. Los tratamientos integrales favorecen para la obtención de mejores resultados.

Los varones adquieren confianza en su desempeño, aumenta su autoestima, se sienten seguros y dejan de tener urgencia por la penetración. De manera global estos factores repercuten en relaciones sexuales satisfactorias.

Planear el encuentro, lo ideal

Francisco Delfín advirtió que en la época actual es complicado el ejercicio de la sexualidad porque, en general, las personas realizan largos recorridos para llegar al trabajo y regresar a casa después de una jornada laboral extenuante. Por eso, lo ideal es planear el momento del encuentro sexual y, antes, buscar ayuda para controlar la disfunción eréctil.

El especialista refirió estudios según los cuales 30 por ciento de los hombres eyaculan apenas un minuto después de haber iniciado el coito. Es un problema grave a escala global. Alrededor de 150 millones de hombres en el mundo tienen el padecimiento y se diagnostica y controla en un porcentaje muy reducido.

En España se hicieron algunos estudios y se determinó que menos de 10 por ciento de los afectados seguían alguna terapia para controlar la disfunción eréctil. En general, prevalece el desconocimiento por prejuicios, incluso de los médicos, porque en la escuela no existe una materia sobre sexualidad. En otros casos, señaló Delfín, habrá que vencer ideas falaces, como que el envejecimiento trae aparejada la disminución o de plano cancelación de la vida sexual.

No es así, afirmaron los expertos. Los adultos mayores también tienen derecho a mantener vigente su deseo sexual, porque el erotismo no envejece ni tiene fecha de caducidad.