Los resultados de un nuevo estudio confirman que el impuesto a los refrescos funciona. El consumo se redujo 7.5 por ciento en promedio a nivel nacional en los primeros dos años de aplicación del gravamen (2014-2015), afirmó Juan Rivera Dommarco, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Además los mayores descensos se registraron en las familias con menores ingresos económicos. Esto ocurre a pesar de que el impuesto es de sólo un peso por litro.
En conferencia, el especialista comentó los hallazgos del trabajo realizado por el INSP en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte, los cuales se publicaron en la revista Health Affairs.
Rivera advirtió que el aumento en el monto de la medida fiscal repercutiría en una mayor disminución en el consumo de bebidas azucaradas, el cual está directamente relacionado con la elevada prevalencia de sobrepeso, obesidad y diabetes en el país.
También puntualizó que el impuesto a las bebidas con azúcares añadidos es una de varias acciones contenidas en la Estrategia Nacional contra el sobrepeso, obesidad y diabetes. Todas en conjunto, contribuirán a la disminución de estos problemas de salud, sostuvo.