“Emma Godoy”
El día 8 de marzo se festeja el día internacional de la mujer, y el 27 el día internacional del teatro. Mujer y Teatro: Dos Grandes Pasiones, es el título de los cinco artículos que conformaran esta serie dedicada exclusivamente a presentar cinco obras de teatro escritas por prominente mujeres, y sin más preámbulos, la obra con la que iniciamos se titula: “CAÍN, EL HOMBRE, misterio trágico”, escrita en 1949 por la reconocida escritora Emma Godoy.
Emma Godoy cultivó diversos géneros literarios como la novela, la poesía, el ensayo, el teatro, tuvo una destacada trayectoria como locutora, mujer que defendió derechos de la senectud, sin embargo, un punto de partida fundamental para comprender mejor la obra de Emma Godoy, es saber que ante todo fue una mejer de fe, a pesar de su catolicismo institucional o dogmático, fue una mujer libre que vivió un catolicismo místico, trascendental, esto lo podremos percibir en la obra de teatro que aquí se presenta, donde claramente la posición de la escritora está representada en la figura histórica de Set, quien fue el tercer hijo de Adán y Eva.
Los personajes que integran la obra son: “CAÍN (EL HOMBRE), SET (LA MÍSTICA), SIETE HIJOS DE CAÍN: HENOC (EL Logos), JUBAL (La Música), TUBALCAÍN (Las Artes Plásticas), LAMEC (El Resentimiento), JABEL (La Economía, casi un hombre concreto), IRAD (Un Soldado, hombre de carne y hueso), MAVIAEL (Un Enfermo, hombre de carne y hueso), Cinco Doctores (Ideas), El Secretario, Un Criado.”
Antes de entrar a la obra de teatro es importante aclarar que si bien Emma Godoy parte del hecho histórico cuando Caín le da muerte a su hermano Abel, todo esto narrado en el primer libro de la Biblia El Génesis, la escritora utiliza la libertad que nos da la literatura a través de la ficción, para unificar a todos los personajes nombrados como hijos de Caín, en la historia bíblica literalmente no es así, no obstante, es innegable que todos los protagonistas son tomados de la Biblia y todos guardando proporciones representan en la obra de teatro, lo que de sus vidas conocemos en El Génesis.
La historia trágica escrita por Emma Godoy se encuentra situada en nuestra época, todo sucederá en la ciudad de Henoc, el escenario concreto de los hechos es la Biblioteca de la casa de Caín, quien hace siglos asesinó a su hermano Abel y se fue errante de la presencia del Señor, en ese andar fundó la ciudad de Henoc, nombre de su primogénito, Caín se encuentra tomando whisky en su rica y lujosa biblioteca esperando que su hijo amado Jubal aparezca en la radio y televisión presentando su concierto.
Mientras Caín se preparaba para escuchar el concierto de su consentido hijo, llegó a la biblioteca Set, quien es el despreciado hermano de Caín e incluso mal querido por todos los hijos de éste, Set acudió a la casa de su hermano porque Jubal se lo había pedido, por ese motivo Caín no lo corrió violentamente de su casa, y es que el conflicto entre Caín y Set estriba en que Set el místico, siempre está llamando a Caín para que vuelva a la presencia del señor:
“SET: Errante va Caín, aunque sus pies son las raíces inmóviles de la ciudad de Henoc. Errantes irán sus hijos, aunque se fincarán como estatuas en el ágora de Henoc. CAÍN: ¿Qué quieres decir) SET: Errante es el inquieto. Errante el que no alcanza su estrella. CAÍN: Explícate. SET: Larga esperanza desesperada es la ciencia del hombre que volvió las espaldas a las manos del creador. Por el trazo viscoso de la serpiente mordiéndose la cola, van los errantes, hijos de Caín. ¿Cómo podían llegar alguna vez? He aquí su desesperación. CAÍN: ¿Para qué nombrar a Aquel a quien yo he borrado con mi entendimiento y mi corazón por inútil? Sí; mis hijos van e irán errantes porque en eso consiste ser hombre. Feliz el que cumple su destino conquistando palmo a palmo el infinito, que es la propia dimensión del espíritu que vive en él. Llegar sería acabar con la dulzura del camino.”
Conforme van apareciendo los personajes, la obra irá desarrollando una interesante descripción de realidades humanas, Lamec vive con Ada, pero Ada está enamorada de Jubal, Lamec está resentido porque es humillado y despreciado por su padre y hermanos, sólo lo ven y tratan como a un esclavo, Jabel quien representa la economía en algún momento estuvo muy enamorado de Ada la esposa de su resentido hermano, Jabel la enamoró y esta mujer de exquisitas caderas lo despreció, y como todo hombre de fuerte economía se sentía ofendido por el desprecio, creía que por sus millones merecía y podía todo.
Interesante la reflexión que realiza Caín desde su realidad histórica, al no tener acceso al Señor, depositó toda su vida y entendimiento a la razón, Henoc su hijo en la obra representa el Logos y es por ello que Caín le dice a su enfermo hijo Maviael: “¡Qué imbécil! No has entendido nada. Éste, Henoc morirá –aún ahora no sé si existe o existió alguna vez –. Pero siempre existirá un Henoc más allá del hombre individual efímero, de cada hombre más o menos idiota como tú, como Jabel, como Irad, como Lamec, seres sin trascendencia, sólo carne y hueso, pura ficción inconcebible.”
Hasta esta parte de lo narrado, la trama se encuentra en plenitud, todo terminará en una tragedia, Caín mil o dos mil años después de haber asesinado a su hermano Abel, vivirá en carne propia lo que vivieron sus padres Adán y Eva, porque su hijo amado Jubal será asesinado por uno de sus hermanos, por ahora me permitiré concluir el presente artículo con la siguiente reflexión.
La tragedia original de Caín fue ser desterrado de la presencia del señor, a partir de este castigo Caín quien representa al hombre, a la cultura, ha buscado la ciencia para encontrar consuelo, sentido y explicación a su vida, sin embargo, la historia del hombre nos ha enseñado que si bien necesitamos de la ciencia, de la razón, esta no ha sido suficiente para llenar el alma, unamunianamente se puede decir que seguimos viviendo con el sentimiento trágico de la vida, por lo tanto, el justo medio que propone Emma Godoy consiste en que sin abandonar la ciencia: “ Vuelva Caín su rostro hacia el rostro del señor.” Porque incluso la obra de teatro cierra el telón con las siguientes palabras de Henoc: “El Hombre muere; y también la ciudad del hombre muere.”
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