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Reuters

La población mundial con hambruna superó los 100 millones de personas, y seguirá creciendo si no se combina la asistencia humanitaria con más contención a los granjeros, indicó un funcionario de la ONU.

Dominique Burgeon, director de la División de Emergencia de la FAO, precisó que los últimos estudios demuestran que 102 millones de personas padecían malnutrición aguda grave (la etapa previa al hambre) en el 2016, un 30 por ciento más de los 80 millones del año previo.

Atribuyó ese aumento, principalmente, a la profundización de la crisis de Yemen, Sudán del Sur, Nigeria y Somalia, donde el conflicto y la sequía destruyeron la producción de alimentos.

«La asistencia humanitaria mantuvo con vida a muchas personas hasta ahora, pero con un deterioro sostenido de su seguridad alimentaria», indicó Burgeon a la Fundación Thomson Reuters.

Burgeon agregó que se necesitan más inversiones para ayudar a la población a alimentarse con cultivos y ganado.

«Llegamos con aviones, damos asistencia alimentaria y tratamos de mantener viva a la gente, pero no invertimos lo suficiente en la calidad de vida de esas personas», explicó. «Evitamos que caigan en hambruna, pero no logramos alejarlos de la inseguridad alimentaria».

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo que el mes pasado más de 20 millones de personas (superior a la población de Rumania o Florida) entró en riesgo de morir por hambre en seis meses.

Las guerras en Yemen, el noreste de Nigeria y Sudán del Sur devastaron hogares y elevaron los precios de los alimentos, mientras que la sequía del este de África arruinó la economía agrícola.

En febrero se declaró oficialmente la hambruna en áreas de Sudán del Sur, en guerra civil desde el 2013.