Este viernes se cumple un año de la muerte de Johan Cruyff, que falleció víctima de un cáncer de pulmón a los 68 años, y su legado y memoria se mantienen muy vivos en buena parte del barcelonismo, que sigue haciendo del ‘cruyffismo’ toda una religión futbolística.
Se cumple el primer aniversario una noticia que conmocionó a la familia azulgrana, cuando los Cruyff confirmaron a través de un comunicado el adiós de uno de los grandes mitos del fútbol, quien llevaba luchando desde el octubre anterior contra un cáncer, como él mismo informó.
Numerosas muestras de apoyo y condolencias llegaron de todas las partes del mundo para dirigirse tanto a Barcelona como a su ciudad natal, Amsterdam, aunque fue el Camp Nou el punto de encuentro más multitudinario, en el que se reunieron azulgranas y aficionados al fútbol en general.
La tribuna del estadio azulgrana fue el lugar escogido para crear un memorial a la figura de Cruyff, quien al día siguiente de su fallecimiento fue incinerado, en un acto privado, como así solicitó la familia, la cual aceptó del club barcelonista toda la actividad que se generó en el Camp Nou para rendirle un homenaje multitudinario que duró días.
Pasado un año, el ‘cruyffismo’ ha seguido muy vivo, especialmente en el debate futbolístico que tanto genera el entorno del FC Barcelona, aunque el mismo Cruyff aún con vida hacía años que se había retirado de la escena cuando abandonó el banquillo de la selección catalana.
Su legado no solo sigue vivo en el Barcelona, con algunos matices, sino que el fútbol propuesto por el holandés, proveniente de la escuela holandesa representado en su máxima expresión a finales de los sesenta y años setenta, el llamado ‘fútbol total’, también ha sido asumido por otros clubes y entrenadores.
Muchos de ellos no han escondido que su metodología pretende acercarse al ‘cruyffismo’, como así ha reconocido el entrenador de Las Palmas, Quique Setién, entre otros.
El reemplazo del entrenador en el banquillo barcelonista, tras el adiós anunciado ya de Luis Enrique Martínez, ha vuelto a abrir un abanico de opciones en el club que tienen el estilo ‘cruyffista’ como prioridad, tanto por candidatos que han tenido algún contacto con la filosofía del holandés como opciones de preparadores que podrían adaptarse bien.
El primer aniversario de su deceso llega, casualmente, dos días después de que haya fallecido el presidente que lo fichó para el Barcelona en 1973, Agustí Montal, que murió el miércoles a la edad de 82 años.
El Barcelona y la familia Cruyff han encontrado muchos puntos en común desde que el actual presidente, Josep Maria Bartomeu, tomase el mando para intentar recuperar la concordia con el extécnico, después de que éste rompiese por completo relaciones en el 2010 con la directiva de Sandro Rosell.
El detonante de aquella ruptura se produjo después de que la junta de Rosell plantease retirarle a Johan Cruyff la presidencia de honor al entender que era un cargo que no estaba contemplado en los estatutos de la entidad.
Cruyff se revolvió por aquel desplante y se dirigió a las oficinas del club para devolver la insignia que le reconocía esa distinción honorífica.
Tras aquel incidente, que volvió a sacar lo más extremista de las posiciones ya enfrentadas en el barcelonismo, entre los favorables a Cruyff y Laporta y los contrarios, el propio Bartomeu decidió calmar las aguas, a pesar de que aun se mantiene un pulso en los juzgados con la acción de responsabilidad contra la gestión de la junta saliente en el 2010.
También ha tenido mucho que ver que Bartomeu aceptase como error unas declaraciones que efectuó cuando respaldó una moción de censura en el 2008 contra Joan Laporta, en las que llegó a decir: “Si se va Laporta, también se irá Cruyff, quien ha influido en muchas cosas que se deciden en la junta directiva, que se hacen porque él las propone. Si el domingo sale el sí, tenemos que abrir el Barça a nuevas personas, a nuevos referentes”.
Los últimos contactos entre Bartomeu y Cruyff permitieron que el FC Barcelona apoyase iniciativas de la fundación del holandés, y esta sintonía recuperada también ha permitido que los actos propuestos por el club para conmemorar el primer aniversario de su muerte hayan contado con el visto bueno de la familia, como un nuevo espacio memorial en la tribuna del Camp Nou.
No obstante, no todo han sido apoyos en las iniciativas del FC Barcelona, después de que el expresidente Joan Laporta, quien mantiene un litigio en los juzgados con la actual junta, haya señalado recientemente en una entrevista a ‘El Món’ que la actual directiva “no está legitimada para mantener el legado de Cruyff“.
El propio Laporta, amigo íntimo de Cruyff y que ejerció como su abogado, ha apuntado que el estadio del Camp Nou debería llevar el nombre del holandés, un hecho que también se ha debatido en el Ajax, club originario del extécnico.
Por otra parte, una asociación barcelonista, como es Manifest FCB, ha empezado a recoger firmas (lleva 2.000) para que el Camp Nou cuente con un monolito de Johan Cruyff en la puerta 14 del estadio, hecho que se le trasladó hace unos días al portavoz del Barcelona, Josep Vives, quien se limitó a decir que el Barcelona aceptaba todas las propuestas.