Descansando en la banqueta a orilla de un tope de la avenida Francisco I. Madero se encuentran “Said y Carla” con sus dos pequeños hijos, hastiados por el calor intenso que este martes alcanzó los 35 grados centígrados destapan un bote de agua, lo beben sonríen un poco cuando se escucha a lo lejos el ritmo salsero de su compatriota Luis Enrique, al son de “yo no sé mañana”, nos platican que salieron de la tierra del café Jinotega, Nicaragua hace más de un mes para llegar a Estados Unidos de Norteamérica.
Tímidos por naturaleza esta pareja centroamericana con sus hijos tomaron la decisión de salir del norte de su país pegadito a Honduras, ahí en las tierras montañosas de “Las Segovias” que cruzo Augusto C. Sandino con sus 800 jinetes y donde hoy en día empresas “gringas” (Starbucks y Nestlé) que tanto odio este revolucionario; compran el café a bajo precio y en sus tiendas lo triplican, esta pareja señala que no soportaron estar más en Jinotega ante los bajos salarios y el desgastante trato de los patrones en el cafetal.
Ayer en Agua Dulce, esta pareja fue apoyada varios hidrómilos con su caridad y buen corazón coparon a esta pareja con víveres y comida desde el parque Libertad hasta la avenida Madero en donde se dispusieron a descansar, los ciudadanos llegaban con sus bolsas y les daban no un bocado, los alimentaban de fe y esperanza para seguir su camino.
“Son buenos aquí, son muy buenos” repetía el joven quien cargaba a su hijo para darle el primer bocado del día, mientras el niño solo quería jugar con un auto de plástico que hacía unas horas se lo acababan de regalar, “somos centroamericanos, somos hermanos, no venimos a robar queremos llegar a E.U.”, comentaban.
Sin conocer la ruta que tomo su compatriota Augusto C. Sandino al salir de Nicaragua al balear a un hijo de un político cuando insulto a su madre antes de ser revolucionario, hoy esta pareja al parecer la copia, el patriota llego hasta Cerro Azul Veracruz, en 1923 a trabajar en las compañías petroleras, y hoy estos compatriotas con sus hijos pretende ir más al norte.
De esta manera la pareja Nicaraguense, llego a esta ciudad en donde sus hijos no saben que aventura buena o mala les depara el destino, a pesar de su situación no decaen y siguen con la fe de llegar al país del norte, no dimensionan que el cambio de gobierno hará más difícil su paso, no saben que Donald Trump ya no quiere más migrante, no saben si aún existe el sueño americano.