Comerciantes de mariscos en la ciudad capital dejaron de comprar especies comestibles para sólo ofrecer aquellas de gran demanda por la población.
Gloria Duran Meneses lleva casi 30 años vendiendo en el Mercado Jauregui y no compró pargo, ni pámpano, sólo camarones, jaiba y algunos filetes.
«Ya sabemos cuáles son los productos que más se venden, no vas a comprar algo que no está dentro del mercado, ya sabemos que compra la gente después de muchos años. Hablamos de sierra, robalo, camarón, jaiba porque es lo que hacemos un poquito de movimiento».
En los primeros días de la Semana Santa, la comerciante ha atendido a no más de cincuenta personas, cuando en años anteriores no se daba abasto con a clientela que acudía a su negocio establecido en el corazón del mercado xalapeño.
Desde el domingo de ramos, Gloria Duran acude al negocio donde un empleado le ayuda y los clientes se acercan para preguntar precios pero no compran o si lo hacen, es un par de horas después.
«Hay gente que siente caro los precios, no reconoce lo bueno, por ejemplo el guachinango, el pámpano, el pargo, son un poquito caros y ya son muy poco comerciales porque no todo el mundo lo conoce».
