El compromiso del Fondo Monetario Internacional (FMI) hacia Mexico, expresado a través la Línea de Crédito Flexible (LFC), refleja su reconocimiento a la solidez de sus fundamentos macroeconómicos, señaló hoy aquí el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
“Si hay un país sobre el que creo yo que el FMI, con toda la razón, le ha prestado mucha atención es justamente México, y lo ha demostrado de manera fuerte a través del servicio que representa la LFC”, dijo Carstens en rueda de prensa.
Carstens, quien participó en Washington en los trabajos del Comité Internacional Financiero Monetario (IMFC) que preside actualmente, destacó el hecho que México cuenta con una cuenta corriente y de capital muy abierta y un régimen cambiario flexible.
Cartens reconoció que la línea de crédito ha sido muy útil al igual que el diálogo permanente que las autoridades monetarias y financieras mexicanas mantienen con el FMI.
En mayo pasado, el directorio ejecutivo del FMI aprobó un nuevo acuerdo por dos años de la Línea de Crédito Flexible para México por 88 mil millones de dólares, y canceló el acuerdo anterior por 67 mil millones.
El nuevo monto representó un aumento de 32 por ciento respecto al acuerdo anterior, aunque las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar al acuerdo un carácter precautorio.
La LCF fue creada en 2009 como un instrumento para fortalecer la posición de los países en los mercados financieros, reconociendo su fuerte desempeño económico y la solidez de sus fundamentos macroeconómicos.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que la línea es un reflejo de las buenas políticas macroeconómicas implementadas en México bajo el liderazgo tanto del Banco de México como de la Secretaría de Hacienda.
“El hecho de que exista un sistema de cambio flotante, metas inflacionarias y que exista un banco central firmemente conducido, muestra la determinación de los miembros (de la Junta de Gobierno) para renovar esta línea de crédito flexible utilizada por México”, indicó Lagarde.
Cartens, quien este año dejará la dirección del Banco de México para pasar a ocupar la dirección del Banco Internacional de Pagos, citó la solidez que presenta ahora la institución como de una de las razones detrás de su decisión.
“A medida que pasa el tiempo, México es un país que tiene más instituciones y probablemente una de las instituciones más fuertes es el Banco de México”, dijo.
Explicó que una de las características de una buena institución es el hecho de que no depende de una sola persona, “el hecho de que tengamos una institución fuerte me permite pasar a otro lugar y estoy seguro de que el Banco de México seguirá siendo una fuerte contribución el desarrollo positivo de México”.