En la Sierra de Zongolica los habitantes enfrentan una emergencia de salud por la carencia de infraestructura hospitalaria, falta de personal capacitado, escasez de insumos y hasta discriminación por parte del personal médico.
En los municipios y comunidades eminentemente indígenas de la zona, enfermarse después de las 4 de la tarde y en fines de semana está prohibido; los traslados médicos se hacen con apenas una ambulancia y los medicamentos son pocos para quienes viajan hasta tres horas para llegar a la clínica.
Una vez ahí, o bien tienen la suerte de llegar antes de la 1 de la tarde –después el médico realiza el papeleo de pacientes y ya no atiende—o se les pide que vuelvan al día siguiente; las mujeres embarazadas son maltratadas por los médicos y enfermeras, quienes han llegado a llamarlas “sucias” solo por su estado de gravidez.
El fundador del Centro de Servicios Municipales «Heriberto Jara Corona» AC (Cesem), Alfonso Osegueda, narró que en las 30 comunidades del municipio de Atlahuilco diariamente se repite la misma historia: pobreza, carencia, discriminación, enfermedad y muerte.
Por ejemplo, en la comunidad Zihuateo la clínica no se había puesto en marcha porque las anteriores autoridades nunca la inauguraron y mientras, todo el equipamiento se dañó y el medicamento caducó sin ver nunca a los pacientes.