“Desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un Mendigo”. Son muchos los que obedecen a este popular dicho, defendiendo la importancia de comenzar el día con un buen desayuno. Según una gran mayoría, desayunar bien te ayudará a ser más productivo y a enfrentarte mejor a cada día, pero los diversos estudios en la materia no acaban de llegar a una conclusión definitiva.
La especialista en deporte y nutrición, Leslie Bonci, cuestiona la universalidad de tales afirmaciones: ¿desayunar realmente es tan importante para todo el mundo? según Bonci no; la experta afirma que depende completamente no sólo de la edad de cada uno, sino también de sus hábitos.
Tranquilo, tus padres no te han engañado todos estos años: la especialista afirma que hasta los 18 años el desayuno si juega un papel relevante en el día a día de los jóvenes. No sólo optimiza sus habilidades cognitivas en el colegio, sino les ayuda a mejorar su actitud a la hora de realizar tareas.
Pero, si ya has salido de la adolescencia, según Bonci, dicha teoría pierde fuerza. En el caso de los adultos depende enteramente de cada uno, si por las mañanas amaneces con el estómago cerrado no tienes por qué obligarte a ingerir dos tostadas reglamentariamente.
No obstante, Bonci explica que las preferencias de cada uno suelen ser fruto de sus hábitos; es decir, si por la noche cenas más cantidad, es probable que al día siguiente no tengas tanta hambre como alguien que simplemente se ha tomado un tentenpie. De esta manera, la nutrióloga rechaza la regla de las tres comidas al día, estipulando que comer no tiene que convertirse en un horario rígido, en su opinión, simplemente come cuando tengas hambre.
Si bien es cierto que dicho consejo no puede seguirlo todo el mundo; si eres diabético será mejor que desayunes algo; de la misma manera, si haces ejercicio a primera hora, es importante que comas algo para recargar la energía. Pero, ¡ojo! hidratarse es importante para todo el mundo, si no tienes hambre al menos bébete un vaso de agua.
Así, al igual que el cuándo, tampoco tiene tanta trascendencia el qué; no tienes que aferrarte al típico desayuno de cereales, fruta y tostadas. En distintas zonas del mundo, dependiendo de la cultura, la comida matinal cambia; en numerosos países asiáticos, por ejemplo, desayunan todos los días un bol de arroz o sopa de noodles, lo cual no encaja en absoluto con los hábitos de alguien de paladar dulce que coma todas las mañanas galletas y colacao.
Eso si, pese a las afirmaciones de la dietista, sigue manteniendo que es importante regular y mantener una dieta equilibrada.