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Crónica del Poder

• Fundamental en la evangelización y conversión de los indígenas de la región de Xalapa a la nueva religión, destacó Juan Ramírez Jara y Anaya.

-En el marco del programa Memoria de Xalapa que impulsa el Ayuntamiento de Xalapa a través del Consejo de la Crónica, fue ofrecida por parte del investigador Juan Ramírez Jara y Anaya, arquitecto perito del centro INAH Xalapa, la conferencia “Iconografía de la pila bautismal del Monasterio Franciscano de Xalapa”.

Durante su participación, el investigador en materia de patrimonio histórico y arqueológico señaló que como resultado de una investigación a esta pieza ceremonial, la cual se conserva en Zimpizahua municipio de Coatepec, se determinó que posee un peso aproximado a los 400 kilos, está hecha en piedra basáltica procedente de Chiltoyac o La Tinaja, un trabajo que probablemente habría sido encargado a canteros indígenas de El Seco, Puebla, aseveró.

Jara y Anaya agregó que según estudios por parte de especialistas en la materia los artesanos y artistas indígenas introducían a manera de contrabando sus creencias y pensamientos mediante diseños propios los cuales plasmaban cuando no eran supervisados por los religiosos o conquistadores para quienes servían.

“Conocedores profundos de que la cultura que querían aniquilar y sustituir por patrones europeos, los frailes y clérigos estudiosos, en la medida que encontraron valores universales y conocimientos profundos que coincidían con su formación occidental, fueron tolerantes y permitieron que los indígenas se manifestaran a través de las obras artísticas como parte de la conquista espiritual y la suplantación religiosa”.

Destacó que en la Pila Bautismal del Monasterio Franciscano de Xalapa se sincretizan aportaciones de ambas culturas. Esta pieza posee un cordón que circunda todo el borde superior, su antigüedad se remonta al siglo XVI y es probable que haya sido esculpida entre 1534 y 1556 fechas claves en la edificación del convento.

La Pila Bautismal fue fundamental en la evangelización y conversión de los indígenas de la región de Xalapa a la nueva religión, por lo que la concepción de su diseño iconográfico entraña un profundo conocimiento de la cultura autóctona.

Entre los elementos iconográficos que la constituyen desatacan el Cordón Franciscano que cuenta con 360 nudos equivalentes al calendario anual sin contar los días aciagos, una flor identificada como Gigantón planta nativa de Xalapa asociada a los cultivos, la Corona de María La Virgen ya que el convento estaba dedicado a la natividad de María, el Xiloxochitl o Flor de Maíz, el entrelazo que representa el movimiento solar y a Quetzalcóatl.

De igual manera el medallón insignia de la Orden Franciscana con el símbolo de mercurio, las columnas de hércules instituidas en el escudo real de Carlos I de España, la planta de maíz como sustento y base de la cultura mesoamericana, así como la paloma símbolo del espíritu santo en relación con el bautismo y en este caso a la Constelación de las Pléyades.