«Hay personas buenas en el mundo, lamentablemente son las menos. Hay personas que hacen lo que tienen que hacer, pero hay personas que hacen cosas bondadosas más allá de lo que tienen que hacer, por eso destacan de entre los demás. De estos últimos, nacen pocos, pero sus huellas de paso por este mundo se quedan impresas para la posteridad. Martín del Campo, sacerdote, pertenece a esa pléyade de hombres que se han distinguido por el valor de sus actos». Es parte de lo que escribe nuestro colaborador, Juan Noel Armenta López… ¿Porqué no dar un «golpe de timón» en nuestras vidas y nos volvemos muy, muy buenos?