Más de 100 atletas de todas partes del mundo aseguran que las medallas que ganaron en los Juegos Olímpicos de Río se han deteriorado. El COI y los organizadores de las justas planean reemplazarlas con nuevas preseas.
Entre los deportistas con medallas defectuosas se encuentra Kyle Snyder, quien se convirtió en el luchador estadounidense más joven de la historia en subir a lo más alto del podio.
Figuran también en el grupo Helen Maroulis, otra estadounidense que se proclamó campeona olímpica en lucha. Kerri Walsh Jennings, estrella estadounidense del vóleibol de playa, dijo que su medalla de bronce se ha oxidado y se están rompiendo.
Scott Leightman, vocero de la federación estadounidense de natación, dijo que varios deportistas han dado cuenta de deterioro en sus medallas.
Craig Miller, portavoz de la federación de basquetbol, comentó que siete integrantes de sus selecciones olímpicas (tres hombres y cuatro mujeres) reportaron problemas con sus preseas. No se revelaron los nombres de esos deportistas.
El portavoz de Río 2016, Mario Andrada, dijo el viernes que las autoridades han confirmado problemas que cubren entre el 6 y 7 por ciento de las medallas.
“El problema más común es que se han caído o maltratado, el barniz se ha desprendido y se han oxidado o ennegrecido en el lugar donde se golpearon”, indicó Andrada.
Snyder, quien compite por la universidad Ohio State, tenía 20 años cuando consiguió su presea. Notó que había un problema con la misma un día después de ganarla.
Asistió a una fiesta en una casa donde la delegación estadounidense realizó diversas actividades en Río. Relató que durante el festejo, muchas personas tocaron la medalla.
Más tarde, Snyder descubrió un arañazo en el reverso de la presea, pero consideró que el daño no era mayor.
El luchador explicó que tiene hasta el final de esta semana para devolver la medalla, y no tiene idea de cuándo recibirá la de repuesto.
“No fue un problema tan grande”, recalcó. “Pero si me pueden dar una nueva está bien”.
Río de Janeiro erogó unos 12 mil millones de dólares para organizar los Juegos, afectados por recortes de costos, baja asistencia de espectadores y reportes de sobornos y corrupción que se vincularon con la construcción de algunas instalaciones olímpicas.
Nueva meses después, muchas sedes están abandonadas, sin encargados formales de su manejo y sin ingresos. Los costos de mantenimiento quedaron en manos del gobierno federal.
Además de los problemas con las medallas, que mostraban los emblemas olímpicos y de Río 2016, hay un adeudo de unos 300 millones de dólares del comité organizador con distintos acreedores.
Greg Massialas, entrenador de la selección estadounidense de esgrima en Río, dijo en un mensaje a The Associated Press que la medalla de plata obtenida por su hijo Alex no presenta daños. Agregó que no se ha enterado de algún problema de esa índole con los deportistas que estuvieron a su cargo.
Ginny Thrasher y Claressa Shields, estadounidenses que ganaron oros respectivos en tiro y boxeo, reportaron que sus medallas están intactas. Lo mismo dijo el japonés Kei Nishikori, bronce en tenis.
Walsh Jennings, quien obtuvo tres preseas doradas en Juegos Olímpicos anteriores, indicó que sus preseas presentaban varios golpes porque no dudaba en permitir que la gente las tocara o se las colgara al cuello. Sin embargo, la voleibolista no contempla la posibilidad de dejar guardadas las medallas, pues consideran que éstas inspiran a la gente.
“Me han ofrecido reemplazarlas, no estoy segura de que quiera hacerlo”, dijo Walsh Jennings a la AP. En cuanto al motivo, indicó que era “100 por ciento de índole sentimental”.