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EFE

Si Pedro Infante continúa siendo “inmortal” a cien años de su nacimiento y 60 de su muerte es por “los valores que representó” para México y las buenas acciones que realizó, aunque él prefería guardarlas en secreto, afirma José Ernesto Infante Quintanilla, sobrino del actor y cantante.

Basándose en fuentes bibliográficas y en testimonios de su propia familia, Infante Quintanilla dio forma a Pedro Infante. El ídolo inmortal, biografía con la que relata la historia de su tío desde sus inicios hasta su trágica muerte el 15 de abril de 1957, cuando un accidente de avión en Mérida le costó la vida.

“Aparte de lo artístico y lo musical, yo creo que los valores que él representó fueron muy importantes para la sociedad mexicana”, dice el autor en una entrevista con Efe durante su participación en la Feria del Libro de Tijuana, que se desarrolla en esta ciudad del estado noroccidental de Baja California.

Lealtad, honestidad, simpatía y amor a las madres son algunos de los valores que Infante Quintanilla vincula con el artista, quien sigue atrayendo a las nuevas generaciones por su “vitalidad”, asegura.

El autor considera que su tío es “una representación de México de mucho prestigio, de presencia, de valores mexicanos; representa lo patrio, lo emocional, lo histórico”.

Señala que en la biografía intentó añadir “datos que la gente no conoce” sobre el ídolo de la época de oro del cine mexicano, que participó en 61 producciones, entre las más reconocidas “Los tres huastecos” o “Pepe El Toro”.

“Pedro Infante tuvo muchos actos de bondad, de altruismo con su gente, con su pueblo mexicano, que nunca quiso que se conocieran”, aporta Infante Quintanilla.

Entre estas acciones que el cantante quiso dejar “en el anonimato” fueron sus visitas a las prisiones para saludar a los reclusos. Asimismo, intentaba “ayudar a la gente que estaba ahí por faltas menores”.

Pese a que “fue la persona más importante de México”, opina el autor, “fue muy modesto siempre” -tanto que llegaba a decir que no sabía de música, aunque no fuera cierto- y no perdió su conexión con “los humildes”.

Infante Quintanilla recuerda a su tío como una persona disciplinada, que prefería irse a dormir temprano, que no bebía, salvo ocasiones puntuales, y a quien no le gustaba demasiado asistir a las ceremonias de premiación.

Economista de formación, Infante Quintanilla publicó su primer libro sobre su tío en 1992, tras lo cual ha ido ampliando sus biografías porque, entre otros aspectos, en Internet “ves cosas nuevas todos los días de Pedro Infante”, como fotografías nunca vistas.

Además de su carácter y su talento, recuerda el autor, Pedro Infante fue “muy admirado por su presencia”: “Tiene una figura muy bonita; un tipo guapo, varonil, sin ser precisamente un macho”.

Y asegura que, mientras que las mujeres “quieren amarlo”, los hombres quieren “emularlo”.

“Creo que los hombres queremos imitarlo, ser como él, tener esa figura, esa presencia, esa personalidad”, concluye Infante Quintanilla.