“¡No tenemos grandes conquistas, no tenemos una hinchada numerosa, pero estamos seguros de que nunca estaremos solos!”, fue el mensaje publicado por la cuenta oficial del club brasileño Angra dos Reis el pasado martes en honor a Daniel Oliveira, el único simpatizante que los acompañó desde la tribuna en el partido que su equipo ganó 4-0 ante Ceres, por la tercera división del fútbol de Río de Janeiro.
Pero su sola presencia no fue acaso lo más llamativo, sino el cómo de su estadía en la tribuna. Oliveira viajó siete horas sólo para ver el partido: salió de su casa a las 7:40, subió al bus a las 8:35, luego un tren y otros dos buses hasta que caminó los últimos tres kilómetros para llegar al estadio y ver el partido.
El particular hincha tiene una historia de mucho cariño con su equipo a partir de una tragedia. En las últimas horas del año 2009, sobrevino sobre Angra dos Reis, una de las zonas turísticas más bellas de Brasil, un impresionante temporal de lluvias que provocó un deslizamiento de tierras tras lo cual hubo 53 muertos y enormes pérdidas materiales para cientos de familias, entre ellas la de Oliveira, que se quedó sin casa como consecuencia del temporal.
Entonces comenzó a vivir en el estadio de Angra, pero su padre no lo dejaba ir a todos los partidos. Cuando su familia pudo restablecerse de la pérdida de su casa se mudó, y en el barrio se encontró con un vecino que acompañaba siempre al equipo, le pidió que lo acompañara y desde entonces jamás se perdió un partido.
Y ya que estaba ahí, Oliveira se hizo notar. “Grité oleeeeeee solo. Celebré los goles, le pedí al árbitro un penal y se dio vuelta para mirarme, y al final volví con tres puntos. Hasta el técnico Leandro Silva dijo que mi presencia allí había sido importante para el equipo”, comentó el hincha más apasionado del Angra.
Daniel Oliveira se volvió un fenómeno viral en Brasil a partir de la difusión de su historia. Él solo quería acompañar a su equipo.