Ya hay 141 millones de personas que dependen de la ayuda humanitaria debido a las guerras, la violencia y las catástrofes, informó hoy Naciones Unidas en un nuevo informe sobre la situación mundial en Ginebra.
Como consecuencia, la ONU dijo que este año se necesitan 23 mil 500 millones de dólares (21.000 millones de euros), la cifra más alta de la historia, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Hasta el momento solo se ha obtenido un cuarto de esta cantidad. «Las nuevas catástrofes y las crisis que empeoran hacen que se disparen las cifras», dijo la OCHA.
La ONU realizó más peticiones de donaciones tras los nuevos enfrentamientos en el Congo, por la sequía en Kenia, los ciclones en Madagascar y Mozambique, así como por las inundaciones en Perú.
A esto se le suma la peligrosa situación den Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, donde millones de personas están amenazadas por la hambruna. El número de personas dependientes de la ayuda humanitaria ha aumentado desde finales del año pasado en ocho millones, y la necesidad de financiación en 1.3 millones de dólares.
El número de refugiados en todo el mundo también ha alcanzado una magnitud nunca vista, según señaló el lunes Acnur: 65.5 millones de personas tuvieron que abandonar su hogar. Si faltan donativos, habrá que recortar las raciones de comida en los campos de refugiados, advirtió el director de Acnur, Filippo Grandi.
Una situación similar en el Líbano en 2014 provocó que más refugiados emprendiaran el camino hacia Europa.
Seis millones de personas ante falta de alimentos en Sudán del Sur
En Sudán del Sur hay seis millones de personas que actualmente tienen dificultades para encontrar a diario alimentos suficientes, frente a los 4.9 millones de febrero pasado, informó hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Pese a ello, dijo que la situación de hambruna se ha atenuado en el país africano, tras un aumento significativo de la respuesta humanitaria, aunque la situación sigue siendo alarmante en todo el país, pues el número de personas con problemas para encontrar alimentos cotidianamente constituye el nivel más alto de inseguridad alimentaria alcanzado en Sudán del Sur.
Según el último análisis de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) actualizado por el gobierno sursudanés, la FAO, Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios humanitarios, la definición técnica aceptada de hambruna ya no puede aplicarse a los condados de Leer y Mayandit, en el antiguo estado de Unity, donde en febrero fue declarada.
En otros dos condados considerados de alto riesgo en aquel mes -Koch y Panyijiar-, la ayuda humanitaria inmediata y sostenida desempeñó muy posiblemente un papel importante para evitar un mayor deterioro de la situación.
Sin embargo, 45 mil personas en los antiguos estados de Unity y Jonglei experimentan todavía condiciones desesperadas y se enfrentan a la perspectiva de sufrir inanición si no se mantiene la ayuda humanitaria.
Se trata de 25 mil personas en el antiguo Estado de Unity y otras 20 mil en Jonglei, donde la situación se ha deteriorado rápidamente debido a los desplazamientos provocados por el conflicto y la mala cosecha del año pasado, dijo la FAO en un comunicado.
Reconoció que el empeoramiento de la situación se extiende por todo el país. El número de personas que se enfrentan niveles de hambre de “emergencia” –una fase por debajo del hambre en la escala de la CIF- es ya de 1.7 millones, frente al millón existente en febrero.