Actualmente el servicio de Netflix supera ya los 100 millones de clientes en todo el mundo, aunque se desconoce la cifra exacta, pero la gente cada vez más prefiere el servicio de streaming.
Precisamente, una de las claves del éxito de Netflix es lo bien que conoce a sus clientes, lo intuitiva que es su plataforma en comparación con otras. Conocer los hábitos de consumo del público es fundamental para poder proporcionarles una experiencia de usuario totalmente personalizada. Eso es lo que ha hecho y lo que sigue haciendo Netflix.
Netflix nos estudia, sigue nuestros movimientos, quiere conocernos para luego ofrecernos recomendaciones basadas en nuestros gustos. No quiere ser una plataforma intrusiva, pero sí estar al servicio del usuario. Digamos que es capaz de predecir lo que nos puede apetecer ver en función de lo que hemos visto, de nuestros gustos, y «ese trabajo» lo realiza por nosotros cada vez que nos conectamos a su servicio y hacemos algún tipo de búsqueda o vemos algo en la plataforma.
El «seguimiento» que Netflix nos hace es posible gracias a un conjunto de algoritmos y metadatos que usa la plataforma. Cada vez que vemos una serie o película o hacemos una búsqueda desde nuestro perfil, estamos enviando una serie de datos a la plataforma, entre ellos la hora en la que realizamos la búsqueda, el día, desde qué equipo, lugar, cuál fue la búsqueda, cuánto tiempo tardamos en desinteresarnos por esa búsqueda, etc.
En el caso de que hayas empezado a ver una serie, Netflix analizará también cuántos capítulos has visto del tirón, cuántas pausas has hecho… Todo lo que te puedas imaginar y más. De esta forma es capaz de saber si estás o no «enganchado» a una serie o documental y puede ofrecerte recomendaciones similares. Todo cuenta para Netflix.
Por supuesto, el historial de búsquedas queda registrado en Netflix, tus puntuaciones, lo que pagas cada mes por el servicio y cómo lo pagas, cuántas series o películas consumes al mes, etc. La plataforma, por ejemplo, lleva el recuento del número de horas que ha consumido en contenidos audiovisuales cada uno de sus clientes desde que ha empezado con su cuenta.
Tal es el punto de conocimiento que tiene Netflix sobre nosotros que hace un par de años la propia compañía reveló que saben hasta el momento en el que los usuarios se «enganchan» a sus series. A esa estadística la han llamado «episodio gancho». Y lo curioso de todo esto es que, en lo que respecta a los datos personales, el servicio solo conoce nuestro nombre, nuestro correo electrónico y nuestros datos de facturación.
Netflix nunca lo ha ocultado. Lo hemos leído en repetidos comunicados: el objetivo es mejorar las sugerencias personalizadas para que los usuarios encuentren los contenidos más fácilmente y más rápido, y, en esta tarea, los algoritmos son fundamentales, ya que identifican los comportamientos de cada individuo y determinan sus preferencias. Pero además, gracias a los algoritmos, Netflix también puede predecir qué producciones pueden llegar a funcionar en la plataforma.
Alguna vez te has preguntado qué sabe sobre ti. Si realmente quieres saberlo, no te quedes con la duda, pregúntaselo directamente. Si se lo solicitas, la compañía está obligada a darte esa información, de acuerdo con las leyes de protección de datos personales.