Como cada 6 de julio miles de personas vestidas de blanco y ondeando sus pañuelos rojos celebraron hoy el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el ayuntamiento de Pamplona, que marca el comienzo de los Sanfermines, la fiesta más internacional de España.
Al grito de “Viva San Fermín”, en la plaza del Ayuntamiento comenzaron nueve días de fiesta, que terminarán el 14 de julio con el canto del “pobre de mí”, en los que los encierros -carreras de jóvenes ante los toros bravos- serán la imagen más difundida por todo el mundo.
El chupinazo que dio comienzo a la fiesta lo lanzaron hoy dos voluntarias de una asociación de ayuda en carretera desde el balcón del ayuntamiento pamplonés, reportó EFE.
En ese lugar este año ondeó, además de las banderas de la ciudad, de la región, de España y de Europa, la enseña vasca, región vecina, a la que muchos navarros se sienten unidos por un sentimiento nacionalista, lo que ha provocado una polémica política.
Las celebraciones, en las que participan miles de personas, estarán vigiladas por importantes medidas de seguridad, tanto para prevenir posibles atentados terroristas como para evitar agresiones sexistas.
En los próximos nueve días, las fuerzas de seguridad desplegarán un operativo especial en el que participan más de 3.500 agentes de todos los cuerpos policiales y la Guardia Civil, de acuerdo con el nivel 4 de alerta antiterrorista, de los cinco que marca España.
Los agentes controlarán los principales accesos a Pamplona y las áreas festivas de la ciudad con mayor afluencia de público y han colocado bolardos y barreras de cemento para impedir el acceso de vehículos a las zonas prohibidas que pudieran causar algún daño.
Este año, el ayuntamiento pamplonés y el Gobierno regional de Navarra quieren hacer especial hincapié en el objetivo de erradicar las agresiones sexistas en los Sanfermines y atajar sucesos como la violación en grupo sufrida el año pasado por una joven madrileña.
Además de los protocolos puestos en marcha para impedir las agresiones, detener a sus autores y atender a las víctimas, se ha organizado la campaña municipal “Pamplona libre de agresiones sexistas”, que llenará las calles con la imagen de una mano roja que expresa el rechazo de la ciudad a la violencia machista.
Todo para garantizar la diversión en unas fiestas donde hay organizados 425 actos en toda la ciudad, con un gasto previsto de 1,3 millones de euros (1,48 millones de dólares), que incluyen conciertos, verbenas populares, teatros, toros de fuego o desfiles de Gigantes y Cabezudos.
Pero el más famoso de todos es el encierro de cada mañana por el centro de la ciudad.
Para ello, ya están preparadas las calles con barreras de madera y líquidos antideslizantes vertidos por las calzadas para evitar accidentes cuando los jóvenes corran ante los toros bravos hasta conducirlos a la plaza, donde serán lidiados por la tarde.
El año pasado, en los encierros de Pamplona corrieron 16.448 personas, muchas de ellas extranjeras, que vienen a la ciudad atraídos por su fama internacional, a la que contribuyó el escritor estadounidense Ernest Hemingway, con su novela “Fiesta“.
Pese a la popularidad de los encierros, en los últimos tiempos han aumentado los contrarios a las corridas de toros en Pamplona, que también manifiestan sus protestas.
Para facilitar la llegada de visitantes, la compañía española de ferrocarriles, Renfe, reforzará con 31.080 plazas adicionales todos los trenes con entrada y salida de Pamplona entre los días 5 y 16 de julio.