¿Por qué Coatepec?, pregunté, un poco intrigado, y quizás un poco indignado. En medio del barullo del privado para quince personas que ahí convivíamos, alcancé a escuchar que era en agradecimiento a la gente bella de este lugar que siempre lo había recibido con cariño y afecto. Platicamos de Chucho Salinas y “México 2000”, que cuando tengo oportunidad, la vuelvo a ver, o si no, del ataque de un tigre durante una grabación que no pasó de un mero susto… vagamente recuerdo ello, pero lo que no recuerdo si fue en “Ensalada de Locos” o en otro programa.
Llegamos en esa ocasión a comer a “Casa Bonilla”… no estoy muy seguro, pero se había celebrado algo gordo en esa ocasión en Xalapa, no sé si algún informe de Fidel Herrera o la asunción de Javier Duarte de Ochoa y ahí platicamos dos orizabeños: Héctor Lechuga y yo. Por supuesto, siempre inseparables, Marco Antonio Flota y Erik Lechuga, su hijo.
II
Le platico que la cortinilla de “Ensalada de Locos” era incansable… me sigo riendo cada vez que la veo, pero ahora bajo una mirada acuciosa. Me cuenta que en esa ocasión, por poco y le cuesta un ojo por un huevazo que le da Alejandro Suárez. Esa vez, tuvo que ser hospitalizado y dice que lo llevaron a un hospital privado. Al salir, le cobraron tan caro que ahí sí “le costó un huevo” el huevazo de Alejandro Suárez.
Después de esa ocasión, fueron una, tras otra y tras otra, que tuve oportunidad de estar al lado de estos dos grandes talentos como lo eran Héctor Lechuga y Marco Antonio Flota. Una noche, me los encontré en RTV, bueno, más bien en la tele, mientras daba “zapping”… hacían “Cotorreando la noticia”. Cierta ocasión, cuando empecé a verlo con mi esposa, que le digo: “Ahora va a responder esto Héctor Lechuga…” ¡y zaz! Lo hacía Héctor. Y para impresionar aún más a la mujer, que le digo: “Y va a decir esto más”, ¡y que lo dice! La mujer estaba sorprendida de los poderes premonitorios de su viejo chulo, pechocho y hemocho… no tuve el valor de seguir mintiéndole y le dije que Marco Antonio Flota utilizaba su libreto de “Cotorreando la noticia” como columna para el semanario donde trabajaba yo, sólo que me lo mandaba con horas de anticipación el viernes mientras el programa en TV Más era por la noche.
III
Bueno, pero digamos que su participación en Veracruz con “Cotorreando la noticia” fue como su segunda vuelta a casa. Durante el chirinato, tuvo una breve, meteórica participación, con un programa que se llamó “Lechuga a la veracruzana”. Vivía México la aparición del Zapatismo con el Sub Marcos. No sé si era su primer programa o ya había hecho otros, pero contaba que ese día llegó con el mejor de los ánimos para hablar de este movimiento cuando se encontró con Sergio Victoria, director de 4Más (como así se llamaba antes) y le dijo que el tema de Chiapas estaba vetado, por lo que se encabronó y le dijo que cómo podía decirle eso “en estos tiempos” (suponiendo que se refería a la apertura a la crítica, no como la que vivió con el Lopezportillismo, creo… ahí sí no recuerdo bien) y que le valía madres lo que dijera, y si había manera de impedirle que hiciera su programa, sería impidiéndole entrar… tuvo que intervenir Miguel Ángel López Azuara, director de Comunicación Social, y sí hubo programa, pero creo que fue el último.
IV
Recuerdo sus últimos programas. Realmente hacía un enorme esfuerzo con el doble apuntador, el electrónico y Marco Antonio Flota, que lo rescataba en algunas ocasiones. Le costaba mucho caminar y el temblor en su mano derecha era constante. Entonces prefiero recordar a “las hermanas Mibanco”, a “México 2000”, “Barriendo la Noticia” o su inconfundible y eterno “¡Gara gara gara gara!”
Pero la pregunta inicial de “¿Por qué en Coatepec?”, era con motivo de que quería sacar su acta de nacimiento en este hoy Pueblo Mágico, ¡como coatepecano! cuando era orizabeño; no sé si era en broma o en serio o quizás para quedar bien con el dueño del restaurante… si me hizo la broma, se la llevó a la tumba.
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