Diversos tramos de la carretera Antigua a Nanchital tienen amplios potenciales de deslaves, puesto que el camino está surcado por montículos de varios metros de altura que no cuentan con algún tipo de muro de contención, de modo que la temporada de lluvias suele provocar deslaves y desgajamientos.
Esta carretera es importante para el municipio, pues además de considerarse una ruta alterna y salida de emergencia de la ciudad, también es la principal vía para acceder al campo petrolero “Rabasa”, de modo que diariamente cruzan por ahí decenas de automóviles y unidades pesadas.
Con el mantenimiento que recientemente se le otorgó a esta carretera algunas áreas de tierra sufrieron debilitamientos en las bases, pues la maleza y algunos árboles y troncos fueron removidos, provocando algunos reblandecimientos.
Por acción natural de las lluvias en esta temporada la tierra se ha ido desplazando de forma perpendicular a la carretera, al grado de afectar las áreas de acotamiento y hasta los extremos de los carriles.
Debido a la falta de señalamientos y de muros de contención en los puntos en donde existen montículos de tierra justo a un lado de la carretera, se ha recomendado a los conductores que ocupan este camino el manejar con precaución para evitar algún percance.
Y es que además de los trabajadores del campo “Rabasa”, decenas de habitantes utilizan esta vía de comunicación para acceder a alguno de los ranchos que abundan en el área o son habitantes de alguna comunidad rural de la zona.
Con las fuertes precipitaciones no se descarta que ocurra algún desgajamiento de mayor importancia, especialmente a la altura del kilómetro 3 de la Antigua a Nanchital, en donde además se han registrado deslaves en las partes inferiores de la carretera debido a la acción del arroyo “Agua Dulce” que pasa por esa zona.