Los negociadores de Reino Unido y la Unión Europea dijeron que hallaron algo de terreno común al final de la primera ronda de conversaciones del Brexit, pero que sigue habiendo grandes diferencias sobre los derechos de los ciudadanos, mientras persiste la incertidumbre en temas financieros y fronterizos.
Al final de cuatro días de negociaciones en Bruselas, que estuvieron focalizadas en fijar posiciones en temas clave, el negociador jefe de la Unión Europea, Michel Barnier, dijo que hubo «una divergencia fundamental» sobre cómo proteger los derechos de los ciudadanos de la UE que viven en Reino Unido y de los británicos en el bloque regional tras el Brexit.
Barnier insistió en que la Tribunal de Justicia de la Unión Europea debería garantizar los derechos de los ciudadanos tras la salida británica del bloque regional.
Cualquier referencia a los derechos europeos implica su supervisión por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea», dijo Barnier en una conferencia de prensa conjunta con el secretario británico a cargo del Brexit, David Davis.
También pidió más claridad sobre la posición británica acerca de los acuerdos financieros y la frontera irlandesa.
Davis dijo que vio un «progreso» tras las conversaciones y que las reuniones en Bruselas esta semana proporcionaron muchos aspectos positivos. No obstante, rechazó confirmar que Reino Unido ahora acepta que terminará haciendo algún tipo de pago neto a la UE por abandonar el bloque.
«Somos un país que reconoce sus derechos y responsabilidades internacionales y que buscará ejercer ambos en el futuro», dijo Davis.