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Durante esta temporada de calor, las deshidrataciones y las enfermedades gastrointestinales suelen aumentar hasta en un 30 por ciento.

Los especialistas explican que la comida es un factor de alto riesgo, ya que suele echarse a perder con mayor facilidad, afectando principalmente a niños menores de cinco años y a los adultos mayores.

Vómito, diarrea, dolor de cabeza, fiebre y boca seca son algunas de las complicaciones que más se presentan, por lo que recomiendan evitar consumir alimentos en la calle de dudosa procedencia, así como no permanecer por tiempo prolongado al sol y mantenerse hidratado con suficiente agua.