Estados Unidos llega a la modernización del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) con los objetivos de reducir los déficits con México y Canadá, cambiar el mecanismo de resolución de disputas e incorporar temas no incluidos en el acuerdo original.
“Se buscará asegurar que los Estados Unidos obtengan un acceso de mercados más abierto, equitativo, seguro y recíproco, y que el acuerdo comercial con nuestros dos más grandes mercados de exportación sea implementado y cumplido efectivamente”, de acuerdo con la Casa Blanca.
La administración del presidente Donald Trump, que ha advertido que podría abandonar el acuerdo en caso de no lograr un pacto satisfactorio, sostiene que el “nuevo TLCAN” debe promover un sistema de mercado que funcione de manera más eficiente y que resulte en un comercio más balanceado.
El año pasado Estados Unidos registró un déficit comercial de 64 mil 354 millones de dólares con México y de 10 mil 918 millones con Canadá. Un año antes del TLCAN, en 1993, había tenido un superávit con México de mil 663 millones con México y un déficit de más de 10 mil millones con Canadá.
Por comparación, el déficit comercial de Estados Unidos con China, su segundo socio comercial después de Canadá, fue de 347 mil millones de dólares en 2016 y con Japón de 68 mil 810 millones de dólares.
La reducción de los déficits comerciales crónicos con sus socios norteamericanos aparece en la punta de la lista de las prioridades de la administración Trump para la modernización del TLCAN, cuya primera ronda de negociaciones se efectuará del 16 al 20 de agosto en Washington.
Estados Unidos divulgó el pasado 17 de julio un documento de 17 páginas con los objetivos específicos de la renegociación del TLCAN, como parte de los requisitos de la legislación comercial estadunidense.
“El mejoramiento de la balanza comercial de Estados Unidos y la reducción del déficit comercial con los países del TLCAN” figuran como el primer objetivo del proceso de negociación.
Igualmente, desea eliminar el Capítulo 19 original y establecer un nuevo mecanismo de resolución de disputas que sea efectivo, transparente y oportuno, y donde las decisiones de los paneles estén basadas en disposiciones del acuerdo y en documentos de las partes.
Como parte de su propuesta de remedios comerciales, Estados Unidos desea preservar su capacidad para hacer cumplir leyes comerciales incluyendo aquellas relacionadas con dumping, derechos compensatorios y reglas de salvaguarda.
La administración Trump busca agregar también un apartado no contemplado en el acuerdo original para asegurar que los países eviten manipular las tasas de intercambio de divisas, a fin de evitar que alguno obtenga una ventaja competitiva injusta en el comercio regional.
De la misma forma, pretende añadir disposiciones para criminalizar la corrupción gubernamental, adoptar medidas para desalentar la corrupción, así como establecer sanciones adecuadas y herramientas para la persecución de personas sospechosas de actos corruptos.
Otro de sus objetivos es incluir las disposiciones laborales en el corazón del acuerdo y no de manera suplementaria como se encuentra ahora, y hacer que las obligaciones laborales sean sujetas al mecanismo de resolución de disputas comerciales.
La administración Trump buscar requerir a los tres socios a tener leyes que normen las condiciones aceptables de trabajo con respecto a los salarios mínimos, horas de trabajo y estándares de seguridad ocupacional.
De la misma forma, pretende que los tres países adopten iniciativas para prohibir el comercio en bienes producidos por trabajo forzado, independientemente si el país de origen es un miembro del TLCAN.
En materia ambiental, la administración Trump desea que las disposiciones ecológicas sean contenidas en el acuerdo principal y no de manera paralela, y que queden sujetas al mecanismo de resolución de disputas del acuerdo.
En el sector energético, uno de los temas no incluidos en el acuerdo original, la administración Trump busca preservar y fortalecer las inversiones, el acceso de mercados y las reglas para empresas estatales a fin de que beneficien la producción y transmisión energéticas.
La Casa Blanca desea además actualizar y reforzar las reglas de origen tanto como sea necesario, para asegurar que los beneficios del acuerdo vayan hacia productos hechos en Estados Unidos y en América del Norte.
Para ello propondrá procedimientos para fijar un proceso acelerado de certificación y verificación de las reglas de origen, a fin de promover un cumplimiento estricto, incluidos en productos agrícolas.
En el comercio de bienes industriales, Estados Unidos buscará mantener el acceso de mercado existente libre de aranceles a esos productos y reforzar las disciplinas para encarar barreras no comerciales que limiten las exportaciones de Estados Unidos a México y Canadá.
En el comercio de textiles y productos de ropa, la administración quiere mejorar las oportunidades de competitividad para las exportaciones estadunidenses considerando las sensibilidades de importación de Estados Unidos.
En materia de productos agrícolas, Estados Unidos busca mantener el acceso de mercados recíproco y libre de aranceles, y expandir las oportunidades de mercado en México y Canadá, a través de la eliminación o reducción de las barreras existentes.
La Casa Blanca desea eliminar las barreras no tarifarias a las exportaciones agrícolas, incluidas barreras discriminatorias, cuotas injustificadas que limiten el acceso de mercado a los productos de Estados Unidos, como subsidios y discriminación de precios.
Para ciertos productos agrícolas no especificados, la administración Trump buscará periodos razonables de ajuste y realizará consultas con el Congreso para la designación de tales productos antes de iniciar negociaciones de reducción de aranceles.
En relación con las medidas sanitarias y fitosanitarias, Estados Unidos propondrá un mecanismo para resolver de manera expedita barreras injustificadas que bloquean la exportación de productos alimentarios de Estados Unidos a sus dos socios comerciales.
La Casa Blanca desea nuevas reglas para asegurar que las medidas sanitarias estén basadas en criterios científicos y sean implementadas de una manera transparente, predecible y no discriminatoria.
En materia de facilitación comercial, aduanal y reglas de origen, la administración busca aumentar la transferencia asegurando que todas las leyes aduanales, regulaciones y procedimientos sean publicados en internet y que se designen puntos de contacto para preguntas de los comerciantes.
Igualmente, busca un procedimiento expedito para embarques exprés, con un valor mínimo de 800 dólares, además de que las sanciones aduanales se conduzcan de manera imparcial y transparente para evitar conflictos de interés.
En relación con las barreras técnicas al comercio, Estados Unidos buscará que los dos socios comerciales apliquen decisiones y recomendaciones adoptadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que se incluyan fuerte disposiciones para transparencia y consulta pública.
La Casa Blanca intentará promover buenas prácticas regulatorias que permitan facilitar el acceso de mercados y promover una mayor compatibilidad entre las regulaciones de los tres socios comerciales.
En materia de comercio de servicios, Estados Unidos se enfocará en asegurar compromisos de México y Canadá para ofrecer condiciones justas y abiertas para los servicios comerciales, incluidas reglas que apliquen a todos los sectores y se evite la discriminación contra proveedores extranjeros.
En el sector de las telecomunicaciones, buscará una mayor competitividad a través de la facilitación de mercados mediante regulaciones transparentes y un regulador independiente.
La administración promoverá la competitividad y oportunidades de mercado en el sector financiero para compañías estadunidenses, a fin de que obtengan condiciones más justas y más abiertas, además de promover la transparencia y la predictibilidad.
La Casa Blanca desea asegurar que los tres países no impongan medidas de servicios financieros que restrinjan el flujo de datos transfronterizos o que requieran el uso de instalaciones de computación locales.
En el tema de comercio digital, uno de los asuntos que no fueron incluidos en el TLCAN original, la administración se dio a la tarea de concretar compromisos de que no se impondrán deberes aduanales a productos digitales como programas de computación, música, video y libros electrónicos.
De la misma forma busca asegurar un tratamiento no discriminatorio de los productos digitales transmitidos electrónicamente y garantizar que sus productos no enfrenten discriminación gubernamental con base en su origen extranjero.
En materia de inversiones, la Casa Blanca desea establecer reglas que reduzcan o eliminen las barreras a las inversiones de Estados Unidos en todos los sectores de los tres países.
En propiedad intelectual, la Casa Blanca trabajará por una protección adecuada y efectiva bajo el amparo de la OMC, y que se establezcan estándares que puedan estar al día con los avances tecnológicos, en particular para respetar los derechos de los productores.
Para las pequeñas y medianas empresas, Estados Unidos desea que los tres países establezcan un mecanismo informativo para ayudarlas a procesar los requerimientos legales para exportar a los mercados de los tres países.
La Casa Blanca busca incluir una definición de las empresas estatales o controladas para asegurar un tratamiento no discriminatorio con respecto a la compra y venta de bienes y servicios.
Entre los objetivos de Estados Unidos destaca igualmente el incremento de las oportunidades de las empresas de Estados Unidos para vender sus productos y servicios a través de los procesos de compra gubernamentales de los socios, a través de un mecanismo justo, transparente y predecible.
La larga lista de objetivos de Estados Unidos incluye además promover niveles de transparencia, participación y rendición de cuentas en el desarrollo de regulaciones y otras decisiones gubernamentales que sean comparables con las leyes y estatutos de Estados Unidos.