Antes de la ceremonia de entrega, mientras los jugadores descansaban, se retransmitió por las pantallas un vídeo con el historial de títulos de Grand Slam de Nadal, que con este tercer Abierto de Estados Unidos suma un total de 16, y que arrancó su primera sonrisa.
En declaraciones en la pista, antes de alzarse con la copa, el mallorquín felicitó a Anderson, que debutaba en la última ronda, por ser un “ejemplo para todos los niños” después de su logro al quedar finalista habiendo pasado por varias lesiones.
Asimismo, el mallorquín consideró una hazaña volverse a coronar en este Abierto debido a sus propias lesiones. Antes de competir, dijo que lo peor de que hubieran pasado cuatro años desde su segundo título era que ahora es “cuatro años más viejo”.
“Es increíble lo que me ha pasado este año, y después de un par de años con lesiones y no jugando muy bien”, explicó el tenista español, de 31 años, quien destacó haber estado jugando a un “alto nivel” desde Australia, donde quedó finalista.
“Sin él no estaría jugando al tenis”, zanjó el tenista, quien atribuyó a su tío la motivación y la fortaleza necesarias para superar “todos los problemas” en su carrera.
“Es una de las personas más importantes de mi vida”, sentenció.
Nadal dedicó palabras también a las víctimas de varios desastres naturales recientes, como el terremoto en México y el huracán Irma, para solidarizarse con su “sufrimiento” y ser “fuertes” ante fenómenos “imposibles de controlar”.