Los 38 edificios que colapsaron en la Ciudad de México al momento del sismo del pasado 19 de septiembre, fueron construidos en su mayoría antes de 1985, de acuerdo con especialistas en arquitectura e ingeniería.
De acuerdo con los entrevistados la falta de reparación adecuada de los inmuebles puede calificarse como corrupción, negligencia o desinterés de los dueños y en algunos casos, de quienes los habitaban.
Los edificios derrumbados siguieron un patrón que corrió desde el sur de la capital.
El recuento del Gobierno de la Ciudad de México señala que en total colapsaron 38 inmuebles en el momento del terremoto, de ellos once fueron en la delegación Benito Juárez; once en la Cuauhtémoc; cuatro en Coyoacán; en Iztapalapa y Tlalpan tres inmuebles, en cada una de las demarcaciones; en Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero y Xochimilco dos edificios siniestrados respectivamente.
Los edificios derrumbados siguieron un patrón que corrió desde el sur, en la zona del Tecnológico de Monterrey hacia la zona de Coapa, siguiendo por la Del Valle y Narvarte e internándose hacía las colonias Roma y Condesa.
Sólo en el caso de Benito Juárez, el edificio colapsado en la zona de Portales había sido construido en el último año. El resto fueron construidos el siglo pasado, cuando continuaba el proceso de despoblamiento de la zona centro de la Ciudad de México generado por los estragos de los sismos de 1985, que, entre otros daños provocó un escaso mantenimiento a inmuebles.
Tras los terremotos de 1985, las normas complementarias de construcción establecieron parámetros de reforzamiento de edificios que habían resultado dañados, o bien de normas para inmuebles que fueron construidos a partir de ese año, contemplando que debían soportar un sismo de al menos 8.1 grados en Escala Richter.
Para el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Eduardo Reinoso, cualquier falla catastrófica en un edificio sólo se explica por el error de uno o más involucrados en su construcción y mantenimiento.
Cuando un edificio se colapsa es un fracaso de todos los que participaron en su edificación, de ingeniería, proyectista, de todos. Si las fuerzas sísmicas están dentro del reglamento, alguien está mal, o todos», señaló el investigador del IIUNAM.
El ingeniero insistió en que los gobiernos delegacionales y locales han dejado de lado la supervisión estructural de los edificios para centrarse más en los usos de suelo, y eso es algo que debe cambiar, pues la seguridad de los ocupantes depende del buen estado de las estructuras.
Félix Villaseñor, titular del Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México, aseguró a Excélsior que, con pocas excepciones, fueron los edificios que dañados en 1985 que no fueron reforzados adecuadamente los que colapsaron en el momento del sismo del pasado martes.
El que no se hayan reparado, expuso, tienen varias razones, porque los vecinos no pudieron al no contar con recursos suficientes, o por desinterés de los dueños, entre otras.
Cabe señalar que tras los terremotos de hace 32 años sólo se permitieron durante años las edificaciones de hasta cuatro niveles en tanto se actualizaban las normas de construcción.
Durante las últimas dos décadas las normas de construcción han mejorado las condiciones de resistencia de los inmuebles construidos, sin embargo, persisten casos en que evidentemente se cometieron errores.
El que no se hayan reparado tiene que ver con varias razones, porque los vecinos no pudieron repararlos, porque no tuvieron recursos”, destacó el titular de los arquitectos capitalinos.
Javier Hidalgo, arquitecto involucrado en el proceso de reconstrucción de vivienda popular tras los terremotos de 1985 coincidió con que entre los edificios colapsados hace una semana están los que no se perdió la oportunidad de reforzados adecuadamente durante tres décadas.
Hidalgo, hasta hace unos días funcionario de la delegación Cuauhtémoc y Director Responsable de Obra, destacó que entre los edificios colapsados el pasado 19 de septiembre hay aquellos que tampoco se adecuaron a las normas de construcción establecidas creadas y actualizadas tras los sismos de 1985, porque, en apariencia los inmuebles no habían sufrido algún daño.
Destacó el caso de Tlatelolco, donde hubo un reforzamiento total de los edificios tras los terremotos de hace 32 años y donde hace una semana sólo hubo caída de yeso y ni una ventana rota.
Dunia Ludlow, diputada local del PRI, y titular de la comisión de vivienda de la Asamblea Legislativa, ratificó que salvo cuatro edificios, el resto de los colapsos de la semana pasada fueron en inmuebles dañados desde 1985 que no fueron adecuadamente reparados.
Incluso, hemos ido con nuestras brigadas de arquitectos a revisar inmuebles. Llevamos 57 en donde hemos visto daños importantes, y en todos los casos son edificios de 1985 no reparados», insistió Ludlow.