En las conversaciones entre Estados Unidos y China sobre cómo refrenar a Corea del Norte, un tema sigue siendo tabú: ¿qué pasaría si el régimen de Kim Jong-un se derrumba?
Durante años, China rechazó los intentos de Estados Unidos de plantear el tema en las llamadas ‘sesiones de diálogo Track 2’ entre académicos del establishment de políticas exteriores de cada país, según Bonnie Glaser, asesora principal para Asia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, que ha encabezado a la parte estadounidense en estas conversaciones.
«Entre los asistentes hay personas de instituciones de investigación afiliadas al gobierno chino y oficiales militares», dijo.
Desde la perspectiva de China, el lanzamiento oficial del tema podría alarmar a su vecino, que recibe el respaldo de Beijing desde la Guerra de Corea en los años cincuenta. También existe el temor de que daría a Estados Unidos una ventaja para reunificar algún día la península de Corea bajo sus propias condiciones.
«Cuando iniciamos estos esfuerzos, los chinos –y muchas otras personas, incluyendo funcionarios estadounidenses– nos dijeron que si nos involucrábamos en tales discusiones con Estados Unidos, saldría a la luz, Corea del Norte lo descubriría y tomaría represalias», explicó Glaser.
Sin embargo, mientras Estados Unidos y Corea del Norte intercambian amenazas de acción militar y Kim –que, según se cree, tiene unos 30 y pocos años– desarrolla armas nucleares, los observadores están comenzando a examinar los peores escenarios. El presidente Donald Trump dijo a periodistas el martes que su gobierno está preparado para usar una fuerza militar «devastadora» contra Corea del Norte, aunque no es la opción preferida.
No importa si un error de cálculo militar, un golpe de Estado o cualquier otro acontecimiento provocan el fallecimiento de Kim, no pasará mucho tiempo antes de que los soldados de las dos economías más grandes del mundo se encuentren cara a cara.
Estados Unidos tiene aproximadamente 28 mil 500 efectivos estacionados en Corea del Sur, país que cuenta con otros 625 mil en su ejército permanente y 3.1 millones en la reserva. China tiene cerca de dos millones de soldados, y su Comando del Teatro Norte limítrofe con Corea del Norte consta de al menos tres unidades del ejército y tres unidades de cohetes.
Bruce Bennett, un investigador de defensa de Rand, quien escribió un informe de 342 páginas en 2013 con recomendaciones de políticas para el caso de que Corea del Norte colapse, dijo por teléfono: “¿Vamos a darle la mano o qué? Todo eso necesita ser pensado en serio».
Si Corea del Norte comienza a derrumbarse, es probable que tanto Estados Unidos como China envíen tropas para obtener sus armas de destrucción masiva, dijo Bennett. La mayoría de esos sitios –incluyendo la planta nuclear de Yongbyon– están más cerca de China que de Corea del Sur.
Funcionarios estadounidenses de inteligencia han llegado a la conclusión de que Corea del Norte puede miniaturizar cabezas nucleares para que quepan en misiles y tiene hasta 60 bombas de este tipo, informó The Washington Post el mes pasado.
El Libro Blanco de Defensa de Corea del Sur de 2016 dijo que Pyongyang también posee un acervo de entre 2 mil 500 toneladas y 5 mil toneladas de armas químicas y puede producir agentes biológicos como el ántrax y la viruela.
Cualquier incursión de las tropas chinas en Corea del Norte corre el riesgo de atraer a Corea del Sur, cuya constitución cubre toda la península.
Al igual que China, a las autoridades de Seúl también les preocuparían los grandes flujos de refugiados que podrían desplazarse, sobre todo si la guerra conduce a una escasez de alimentos y otros bienes esenciales.