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EL PAÍS

Ante la posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Carles Piugdemont, declare la próxima semana de manera unilateral la independencia, se ha generado una fuga de empresas de Cataluña, proceso que parecer ser rápido.

Ante esta situación, en un periodo de dos días, en la comunidad se ha perdido la sede social de dos de sus más grandes bancos, además de compañías cotizadas.

Varias empresas han anunciado que podrían seguir el mismo camino. Los despachos de abogados y consultoras dijeron que continuarán los cambios de domicilio, además, lamentan la paralización de las inversiones.

Los abogados han señalado que la proclamación no tendría efectos sobre las compañías en Cataluña, la mayoría ha optado por irse, pues temen a perder inversores y el financiamiento internacional básico para su funcionamiento o sufrir un boicot de sus productos.