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EFE

Varios productores rurales inundaron las calles de la ciudad de Lyon con cientos de ovejas.

Exigieron más acciones gubernamentales después de la muerte de más de 8 mil animales desde el año pasado, todos atacados por lobos.

Cuando descubres el cuerpo de una de tus ovejas con la garganta destrozada por un lobo, es horrible, es traumático», aseguró a France 24 Nicolás Fabre, un agricultor de 38 años de Cornus, en el sur de Aveyron.

Los lobos han atacado su rebaño de más de 500 ovejas dos veces en los últimos meses, matando a tres de ellos.

Los ataques, sobre todo en los Alpes y en el sur de Francia, han provocado un debate cada vez más duro entre los ganaderos y los activistas a favor de los animales, los cuales defienden “ferozmente” los derechos del Canis lupus, una especie protegida en Europa.

Los pastores de Aveyron, una región agrícola famosa por el queso Roquefort, aseguran que han tratado de proteger a sus rebaños con perros, vallas eléctricas y redes, pero nada sirve.

E insisten que es imposible vigilar permanentemente a sus animales, que a menudo se extienden sobre las colinas y las tierras boscosas por docenas de hectáreas.

Hay 800 mil ovejas en Aveyron», comentó al medio galo Francois Giacobbi, un criador encargado del tema para la asociación de agricultores locales.

Es básicamente un festín para los lobos».

Explicó que la leche de oveja utilizada para hacer el queso Roquefort tiene que provenir de animales que pastan al aire libre, dejando a los productores sin más remedio que exponer a sus rebaños al peligro.

Los lobos solían ser comunes en Francia antes de bajar su población a principios de los años 30; reaparecieron naturalmente a principios de los años 90 y ahora se cree que su población cuenta con alrededor de 360.

Por su parte, el Ministerio de Agricultura ha dicho que quiere detener los ataques, aunque no ha aclarado cómo.

Su nuevo «Plan lobo» está programado para ser negociado y puesto en marcha a partir de principios de 2018.

El gobierno dio luz verde este verano para erradicar a un máximo de 40 lobos, que serán sacrificados en julio del año entrante.

Pero los ganaderos y agricultores quieren ampliar la cifra para poder cazar a más.

Asimismo, reclaman al Gobierno que se retire al lobo de la lista de las especies protegidas para permitir su caza, ampliarla, y controlar su población, y que se otorguen ayudas económicas a los pastores por los gastos de protección contra los ataques.

También exigen la creación de brigadas de intervención repartidas por todo el país que regulen los daños causados por estos animales en caso de depredación, e insiste en que Francia proponga ante la Unión Europea que el lobo sea retirado del Convenio de Berna, que regula su especie como una en peligro y prohíbe su caza.

El año pasado, en diciembre, un centenar de ovejas también se apropió de los alrededores del famoso jardín de las Tullerías en París, ubicado frente al Museo del Louvre, a modo de protesta.