150 AÑOS DE LA REPÚBLICA RESTAURADA ENTRE HISTORIA Y LITERATURA. (II)
Las aportaciones de Ignacio M. Altamirano en el México del siglo XIX son abundantes, fue él quien sentó las bases de la educación primaria gratuita, laica y obligatoria, se convirtió en un ferviente defensor de las ideas liberales, defendió en teoría y en la práctica las leyes de reformas, participó en la defensa de la patria contra la intervención francesa, a pesar de lo antes mencionado, la aportación más importante de Altamirano se encuentran en el terreno educativo, el Maestro a través de las letras buscó la unidad, comprensión, identidad y el progreso nacional, escribió novelas, cuentos, ensayos, crónicas, relatos, crítica literaria, artículos educativos, por lo tanto, en este mes dedicado a festejar a la República Restaurada se presenta la novela del Maestro Altamirano titulada: Clemencia.
Como la mayoría de las novelas de Altamirano, Clemencia es una obra costumbrista ambientada en el contexto de la intervención francesa entre los años 1863-1867. La historia de lo sucedido en Clemencia la contará un reconocido Doctor que sirvió en el cuerpo médico-militar, y es considerado un hombre instruido, culto, amable, filántropo, pero lo más importante es que el Doctor fue parte de la historia que les narrará a sus amigos que lo acompañan en su modesta casa, y lo primero que hace es ubicarlos en el contexto de la narración:
“Estábamos a fines del año de 1863, año desgraciado en que, como ustedes recordarán, ocupó el ejército francés a México y se fue extendiendo poco a poco, ensanchando el circulo de dominación. Comenzó por los Estados centrales de la República, que ocupó también sin quemar un sólo cartucho, porque nuestra táctica consistía sólo en retirarnos para tomar posiciones en los Estados lejanos y preparar en ellos la defensa. Así pues, nos retiramos y las legiones francesas, acompañadas de sus aliados mexicanos, avanzaban sobre poblaciones inertes que muchas veces se veían, obligadas por el terror, a recibirlos con arcos triunfales. Así, pues, en pocos días, en dos meses escasos, el invasor se había extendido en el corazón del país, sin encontrar resistencia. Faltábale ocupar Zacatecas y Guadalajara.”
El contexto ya lo tenemos, el lugar donde todo se desarrollará es en Guadalajara, resulta muy interesante la forma en que Altamirano describe a ésta bella ciudad, otorga datos geográficos, cuenta historias y anécdotas de la ciudad, sus costumbres, su gente: “El carácter de los jaliscienses es demasiado conocido para que tenga yo necesidad de detenerme a encomiarle. En cuanto a sus mujeres, en mi concepto, no sólo son hermosas sino divinas, y tienen, además de los encantos físicos que el cielo les otorgó con mano pródiga, una cualidad que no es común, el corazón, amigos míos, el corazón; lo que se llama hoy corazón ¿Entienden ustedes?”
Teniendo el contexto y el lugar, les presento a los principales protagonistas. Por una parte está el Comandante Enrique Flores, quien es un joven guapo, caballeroso, todo un Don Juan, al lado de él aparece Fernando Valle, un joven honesto, de ideas liberales, con síntomas de tristeza y soledad permanente, estos dos jóvenes aunque están en el bando republicano defendiendo a la patria contra la intervención francesa, son muy diferentes, Enrique es oportunista, traidor, mujeriego, Fernando un hombre de principios y valores.
Al lado de los protagonistas presentados aparecerán Isabel y Clemencia, ambas jóvenes viven en Guadalajara, son bellísimas, talentosas, Isabel es prima de Fernando y amiga íntima de Clemencia: “La una era blanca y rubia como una inglesa. La otra morena y pálida como una española. Los ojos azules de Isabel inspiraban una afección pura y tierna. Los ojos negros de Clemencia hacían estremecer de deleite. Eran bellezas incomparables.”
Cuando los dos oficiales conocen a las hermosas mujeres, empezará toda una historia de amor, pasión, intrigas, engaños. Enrique acuerda con Fernando que él respetará a Isabel para que la corteje, después de convivir resultó que Isabel estaba enamorada de Enrique y todo indicaba que la bella Clemencia se había interesado por Fernando. Enrique un hombre de mundo que sólo ve a las mujeres como símbolo sexual, pensó que por su galantería y experiencia fácilmente lograría sus deseos sexuales con Isabel, cosa que no sucedió, en la trama se va descubriendo que Clemencia también estaba perdidamente enamorada de Enrique y que al inicio sólo coqueteó con Fernando para darle celos a Enrique. Mientras la historia es narrada, en la obra se desarrollan una rica variedad de conceptos sobre el amor, los valores, el honor, la honestidad, que bien vale la pena compartir:
“Este culto del amor ya sólo existe en algunos puntos del globo; él ha sido hasta aquí la religión del género humano, pero desgraciadamente va sustituyéndose con la horrible idolatría del becerro de oro, que se haya extendida por toda la tierra, que gana prosélitos a cada rato, y que parece estar cobijada bajo las alas poderosas de la civilización.
Yo creo que esta especie de ateísmo que se burla de los sentimientos, y que no hace caso sino del estúpido goce material, no es más que el retroceso que toma una nueva forma, y que se envuelve y se mezcla entre las galas del progreso para emponzoñarle y destruirle. Sea como fuere, nosotros advertimos, y esto es muy perceptible, que a medida que nuestro pueblo va contagiándose con las costumbres extranjeras, el culto del sentimiento disminuye, la adoración del interés aumenta, y los grandes rasgos del corazón, que en otros tiempos eran frecuentes, hoy parecen prodigiosos cuando los vemos una que otra vez.”
Lo antes transcrito es importante, porque claramente Altamirano con estos dos personajes nos está representado el origen y desarrollo de la guerra que se estaba viviendo en México. Enrique representa ser un joven mexicano ambicioso, insaciable, perverso, sin principios, sin amor e interés por la Patria, ve la lucha armada como ve a las mujeres, de una obtiene poder, riquezas, y de las otras sólo le interesa el placer. Fernando con defectos y virtudes representa al mexicano que cree en las Leyes de Reforma, en la Independencia de México, su conducta de hombre honesto en la vida privada se ve reflejada en su actuar en la vida pública.
Falta mucho por conocer de esta magistral historia, todo terminará al puro estilo de una tragedia griega, pero el trágico final de Fernando y el triunfo momentáneo de Enrique, describe en gran medida lo que ha sido la historia política de este país, un nido de corrupción y barbarie.
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