La industria de autopartes de Estados Unidos podría perder hasta 50 mil empleos si se pone fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las empresas deben pagar aranceles más altos por enviar productos a México y Canadá, según un nuevo estudio divulgado este jueves.
Negociadores de Estados Unidos, Canadá y México están reunidos en Arlington, Virginia, esta semana para una cuarta ronda de revisión del acuerdo de 23 años, que permite el movimiento de vehículos y de partes por las fronteras de los tres países sin pago de aranceles.
El presidente estadounidense Donald Trump ha criticado el TLCAN por mover puestos manufactureros del país a México y ha prometido abandonar el pacto o revisarlo para reducir el déficit comercial de la nación, de 64 mil millones de dólares, con su vecino del sur.
Sin embargo, poner fin al TLCAN resultaría en una reversión completa de los aranceles bajo las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), según un estudio del Boston Consulting Group, financiado por la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos (MEMA, por su sigla en inglés). La industria estadounidense de autopartes emplea a cerca de 870 mil trabajadores.
A México y Canadá les iría mejor porque ambas naciones anteriormente ya cobraban aranceles más altos que Estados Unidos y regresarían a esos niveles. Y sin otro incentivo comercial para ensamblar en Estados Unidos fuera de evitar el arancel de 25 por ciento en camiones, más producción completa de vehículos migraría a países de costos bajos, como China, según expertos del sector.
La pérdida de puestos podría ascender a hasta 24 mil si las renegociaciones llevan a requerimientos por contenido de América del Norte y específicamente Estados Unidos, según el estudio.
Los negociadores del TLCAN enfrentan nuevas y difíciles demandas de parte de Estados Unidos para que incrementen el contenido regional para autos a un 85 por ciento desde 62.5 por ciento, con un 50 por ciento desde Estados Unidos, según las personas informadas sobre el plan.
Las demandas de reglas de origen están entre las muchas condiciones que la Cámara de Comercio estadounidense ha calificado de «propuestas de píldora envenenada» que amenazan con torpedear las negociaciones.
El estudio de autopartes fue realizado antes de que se revelaran esos objetivos.
Elevar los umbrales de contenido automotor y obligar a los fabricantes a verificar el origen norteamericano de más electrónica y otras piezas actualmente producidas en Asia llevaría a algunos manufactureros a renunciar a los beneficios del TLCAN, según Ann Wilson, vicepresidenta senior y jefa para asuntos de gobierno de MEMA.
En cambio, las empresas podrían despachar más productos desde países de bajos costos fuera de la región, pagando aranceles estadounidenses de entre 2.5 y 5 por ciento.
«En vez de alentar a más contenido estadounidense, esas cláusulas llevarán a menos contenido estadounidense», advirtió Wilson.