Alrededor de las ocho y media de la mañana, hora local, el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, envió su respuesta al gobierno español del derechista Mariano Rajoy, en una carta en la que no aclaró si el pasado 10 de octubre, en la sesión parlamentaria, declaró o no la independencia unilateral, y en la que ofrece dos meses para dialogar.
Además, reclamó una mediación internacional para crear una mesa de diálogo para la resolución del conflicto, con la condición sine qua non de que se garantice que el pueblo de Cataluña podrá decidir su futuro. El presidente español respondió con otra misiva, en la que le advirtió que Puigdemont tiene hasta el próximo jueves para aclarar la situación. En caso contrario no habrá marcha atrás en la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que supondrá la suspensión de la autonomía.
Antes de enviar la misiva al gobierno español, las autoridades catalanas filtraron el texto dos medios de comunicación catalanas favorables a la secesión, Catalunya Radio y RAC-.
En la respuesta, Puigdemont no respondió con un “sí” o un “no” a la pregunta de si había declarado la independencia, tal y como le reclamó el gobierno español, sino que volvió a dejar en el limbo la declaración del pasado 10 de octubre y adjuntó una serie de documentos sobre el conflicto, entre ellos la ley del referendo y un informe sobre la actuación policial del pasado 1 de octubre, en el que, según el gobierno catalán, la represión policial española dejó cerca de 900 heridos.
En la carta, Puigdemont advirtió que la «prioridad» de su Gobierno es «buscar con toda la intensidad la vía de diálogo». Añadió que «queremos hablar, como lo hacen las democracias consolidadas» y que por eso declaró la suspensión de la declaración de independencia.
Pero subrayó que la pausa no será permanente, por lo que da un plazo de dos meses para abrir el diálogo.
“La situación que vivimos es de tal trascendencia que exige respuestas y soluciones políticas que estén a la altura. Es una oferta sincera de diálogo. No lo hice como una demostración de debilidad, sino como una propuesta honesta para encontrar una solución a la relación entre el Estado español y Cataluña, que lleva bloqueada desde hace muchos años. Nuestra propuesta de diálogo es sincera, pese a todo lo ocurrido, pero lógicamente es incompatible con el actual clima de creciente represión y amenaza”, señaló la carta.
El mandatario español respondió minutos después, con otra carta, en la que “lamento profundamente” la falta de claridad en la respuesta de Puigdemont. Y le advirtió que “aún tiene margen para contestar de forma clara y sencilla al requerimiento”.
Rajoy le advirtió que la aplicación del artículo 155 «no implica la suspensión del autogobierno, sino la restauración de la legalidad en la autonomía y reconducir el grave deterioro de la convivencia que se vive en Cataluña, para que la Generalitat vuelva a la ley y, a partir de ahí, se recupere la normalidad institucional entre administraciones» .
También le advirtió que “sigue estando en su mano abrir un nuevo periodo de normalidad y lealtad institucional que todo el mundo le está reclamando. En caso contrario, será usted el único responsable de la aplicación de la Constitución».