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Bloomberg

Desde la apertura de la primera terminal de exportación de gas shale en Luisiana el año pasado, las perforadoras estadounidenses han visto al menos 75 cargamentos con su combustible navegar a través del Canal de Panamá con destino a los mercados asiáticos.

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Ahora están buscando una ruta más barata y rápida. Y han acudido a México en busca de ayuda.

Aldo Flores, subsecretario de Hidrocarburos de México, dijo el jueves que el Gobierno estaba en conversaciones con los perforadores de shale en el oeste de Texas sobre un posible gasoducto que enviaría el gas directamente a la costa oeste de México, donde luego podría licuarse y enviarse al extranjero.

Un gasoducto de este tipo podría eliminar la necesidad de que los petroleros naveguen por el Canal de Panamá y darían a Estados Unidos otro punto de salida para la abundancia de gas que el presidente Donald Trump ha prometido vertir en el mundo.

Al menos un posible exportador de gas de Estados Unidos, Sempra LNG & Midstream, ha expresado ya su inquietud sobre las demoras en el canal que podrían costar miles de dólares diarios a los operadores de gas.

Si bien México todavía no tiene un plan concreto, «hay mucho interés», dijo Flores a los medios en Houston el jueves. «Tiene mucho sentido para los productores de gas del oeste de Texas».

Corea del Sur, China y Japón han surgido como algunos de los mayores compradores de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos, según datos de seguimiento de buques recabados por Bloomberg.

Las previsiones de Bloomberg New Energy Finance muestran que la demanda por el combustible procedente de Asia se incrementará en los próximos años. Por su parte, México ya es el principal consumidor de GNL de Estados Unidos: ha recibido más de 40 cargamentos del terminal de Luisiana operado por Cheniere Energy desde que se abrió el año pasado.

Un volumen récord de gas de Estados Unidos está fluyendo hacia México cuando los dos países, junto con Canadá, mantienen negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Las conversaciones se han desacelerado tras el rechazo por parte de Canadá y México de lo que ven como propuestas estadounidenses de línea dura.

Conversión de terminales

Mientras tanto, la costa oeste de México está repleta de instalaciones de importación que podrían convertirse para exportar gas estadounidense, incluido el de Manzanillo en el estado de Colima.

Con la introducción de más gasoductos por parte de México para llegar al gas de Estados Unidos, esos puntos de importación podrían quedar obsoletos de todos modos, dijo Jason Feer, jefe mundial de inteligencia comercial del corredor de barcos Poten & Partners en Houston.

«Hay un par de activos que pronto quedarán paralizados», y podrían convertirse en vehículos para la exportación, dijo Feer. Eso es lo que impulsa la iniciativa de un gasoducto hacia la costa, dijo.

El Canal de Panamá no sería el único que se enfrentaría a una mayor competencia. Veresen de Pembina Pipeline ha estado promocionando un terminal de exportación de GNL en Oregón y recientemente ha vuelto a solicitar la autorización de la Comisión Reguladora Federal de Energía después de que se le denegaran los permisos el año pasado.

Veresen ha promocionado el proyecto como una forma más rápida de enviar el gas estadounidense a Asia.

Un gasoducto desde Texas a la costa oeste de México podría ser una propuesta costosa, dijo la analista de Bloomberg New Energy Finance, Anastacia Dialynas el jueves. Pero también sería más fácil construir en México, donde hay menos regulaciones que en Oregón, dijo.