Numerosos grupos de migrantes centroamericanos optan por caminar a través de la sierra para llegar a la cabecera municipal. A pie o en autobús, cruzan los ejidos limítrofes con Chiapas como parte de su travesía por territorio mexicano para llegar a los Estados Unidos.
De acuerdo con personal que labora en la empresa de ferrocarriles, en los últimos meses el tránsito de migrantes a través de “La Bestia” ha disminuido considerablemente, ahora lo deben estar haciendo por otra ruta, exponen.
Consideran que este medio de transporte se volvió peligroso para los indocumentados, ya que en la zona de Tabasco eran asaltados o secuestrados por grupos delictivos que, armados, subían a los vagones a pedir la cuota, quien no pagaba era violentado.
Por su parte, habitantes de la congregación Cerro de Nanchital, reconocen que diario, de día o de noche, hay tráfico de ilegales por la zona rural, los bajan en grupos de 20 o 30 indocumentados y por lo general ocupan camionetas.
Reconocen que las bandas de traficantes de ilegales han reactivado las viejas rutas por la sierra, zona que hace más de una década era territorio disputado por grupos delincuenciales y que llevó a la masacre de un capo dedicado a ese ilegal giro en 2003 en el ejido Tronconada y al desmantelamiento de una red internacional de «polleros» en la que se vieron involucrados varios choapenses.
Un exfuncionario municipal que habita en la zona de Río Playas, sostuvo que al día pueden pasar hasta 100 ilegales procedentes de Centroamérica, quienes evitan viajar por el tren y se aventuran a caminar por el monte a travesando diversas comunidades rurales.
Otros viajan en autobús de pasajeros y bajan en la cabecera municipal, prácticamente van transbordando, pero son guiados por un “pollero”.
Para las autoridades de inteligencia del sistema federal, el municipio de Las Choapas, por su situación geográfica, está considerado como un centro internacional del tráfico de ilegales centroamericanos, operando dichas mafias desde las cortinas de la presa en Malpaso, Chiapas, hasta donde llegan los indocumentados provenientes del sur para ser trasladados vía fluvial hacia un lugar conocido como «La Isla», una superficie de tierra en medio del río Tonalá (afluente que sirve como frontera natural entre Tabasco y Veracruz).