Este próximo 7 de noviembre, Telemundo estrenará uno de sus proyectos más ambiciosos: El César, la serie biográfica basada en la vida del ídolo del boxeo Julio César Chávez. Donde prometen reflejar desde sus niñez, la pobreza, los triunfos, escándalos y sus problemas con los excesos.
En exclusiva el diario La Opinión habló con el boxeador que durante 13 años, 11 meses y 14 días se mantuvo invicto en la cima del fervor popular. Como nunca antes confesó sus miedos, sus fantasmas, por qué no quería hacer esta serie, y la presión que siente de ser un ejemplo de rehabilitación para la juventud.
Pregunta: En pocos días comienza la serie de tu vida El César por Telemundo, ¿cómo te sientes?
Julio César Chávez: Me siento contento, pero a la vez me siento nervioso porque van a salir cosas que no me van a gustar del pasado, no me gusta recordar, no me gusta volver a sentir, a sufrir… Hay algunas que no me acuerdo la verdad, a veces andaba tan mal que voy a decir: “eso es mentira, me están chin…”. Yo no he visto todavía los capítulos, no sé lo que va a salir,.
P: Pero tú contaste esa historia…
JCCH: Lo que pasa es que me entrevistaron a mí, pero entrevistaron a muchísima gente, y hay muchas cosas que yo la verdad no me acuerdo, no sé lo qué dijeron los otros, entonces va a haber de lo que no me van a gustar. Por ejemplo, ya salieron cosas ahí que la verdad, de viejas bich… y todo eso, sí las vi, pero no chin…
P: ¿Qué es lo que más te preocupa que se vea en la serie?
JCCH: Lo que más me preocupa es volver a recordar y vivir lo que hice, porque hice mucho daño en mi adicción, lastimé mucha gente, es decir: “¿ese cabr.. era yo? ¿Así tan cule… era?”… Eso me hace sentir incómodo. Pero me imagino que son cosas que pasaron.
P: ¿Qué es lo que vas a disfrutar de la serie de tu vida?
JCCH: Lo que voy a disfrutar es que me tocó verla en vida, gracias a Dios, eso es lo más importante, que me hagan este homenaje en vida, porque al final de la historia lleva un muy buen mensaje para la juventud.
P: ¿Cómo llega este proyecto, y qué te decide decir sí, acepto a que salga lo bueno, lo malo, lo que quiero recordar y lo que no?
JCCH: Si por mi fuera yo no hubiera aceptado, yo no quería este proyecto, por lo mismo, sabía que venían cosas fuertes, cosas que yo no recuerdo, pero aquí mi amiga (señala a su esposa, Myriam Escobar), y mis hijos estuvieron insistiendo…
Myriam Escobar: Es que yo le decía a él que es algo positivo el que lleves el mensaje para los que están empezando, que vean en lo que pueden caer, y estuvimos platicando hasta que un día dijo que sí, y si ya das abiertamente pláticas, dices lo que pasó todo el mundo….
P: Viste dos capítulos que viste de tu serie, ¿qué sentiste, qué pensaste?
JCCH: Fíjate que me dieron ganas de llorar, me dio un sentimiento cuando al verme, en el vagón del tren, recordar como pasábamos hambre, me hizo recordar muchas cosas de la infancia, pero a la vez me dio mucho gusto, mucha satisfacción el haber recordado de niño, y el sueño que tuve de lograr lo que me propuse, que logré gracias a Dios.
P: ¿Quién es Julio Cesar Chávez hoy?
JCCH: Pues es otra persona, la verdad que mi recuperación me ha cambiado la vida. Claro, sigo teniendo mis propios defectos de carácter, sigo enojándome, a veces siento como que quiero volver a lo mismo de atrás pero luego me cacho porque ya tengo conciencia… Soy una persona ahora con más conciencia, se realmente lo que quiero, trato de llevar una vida limpia, trato de ser un ejemplo para los jóvenes, para mis hijos, ayudar a la gente que está en problemas de alcoholismo, de adicciones, trato de estar ocupado, no estar en óseo para no volver hacia atrás, para no volver a caer, porque esto es una enfermedad que es para toda la vida, y si me descuido un poquito otra vez vuelvo a caer y no quiero, no quiero volver para atrás.
P: ¿Es para ti mucha presión ser un ejemplo, un portavoz, cuando tú luchas contra ti mismo?
JCCH: Sí, eso es lo más difícil para mí porque todavía se me sigue antojando, porque todavía tengo pensamiento insanos, porque hay veces que me dan ganas de drogarme, de tomar, y es ahí donde me detengo, digo: “ching… madre, tengo dos clínicas de rehabilitación, me nombraron embajador de las adicciones, no puedo tomar una cerveza, un vinito, una champagnita”… No puedo porque yo sé que eso me va a llevar a lo otro, y es allí donde me frustro, me enojo y siento que no soy una persona normal… Si todo el mundo toma, yo no puedo, yo estoy seguro que si me tomo una cerveza no voy a parar de tomar, estoy casi seguro porque muchos lo han intentado y no han podio. Miente el cabr… que diga que ha podido.
P: En esos momentos, ¿qué haces, a qué o quién recurres para lograr a esa fuerza interior que te hace no caer?
JCCH: No darle cavidad en mi mente, trato de evadirlo y ya se me quita la obsesión, porque si le doy cavidad en la mente, pues sí, la agarro y guau chin… su madre.
P: ¿Te pasó alguna vez?
JCCH: No, no gracias a Dios, he estado a punto la verdad, pero no, he tenido la fortaleza para no hacerlo.
P: ¿Cuál es el mensaje que tú quieres dar con esta serie?
JCCH: Que no es la vida que se debe llevar, que el dinero no es la vida, ni el dinero ni la fama es la vida. Sí es cierto, es una satisfacción, es algo muy bonito tener dinero, tener fama, pero si no sabe uno controlar eso, lo puede llevar al otro extremo que es irse por otro lado, agarrar lo más fácil que es esto lo otro…
P: ¿Quién era por dentro el Julio Cesar Chávez en su momento más pobre de dinero, en el momento más millonario y más famoso de su vida?
JCCH: Yo era mucho más feliz en mi momento sin dinero. Disfrutaba un dulce que me diera mi hermano o un dulce que me diera mi mamá o una comida… Siempre comíamos frijoles con arroz, un día comer carne, era felicidad… Cuando tuve todo el dinero, millones a manos llenas, todo, no comía, me llenaba drogándome. Tenía una mansión como 15 cuartos, alberca y todo, y me llenaba en un pinch… cuartito encerrado drogándome día y noche.
P: Esa era tu aparente felicidad en ese momento. ¿Qué te hizo reaccionar?
JCCH: Si por mi hubiera sido, todavía hubiera seguido drogándome.
P: ¿y quién te ayudo a reaccionar?
JCCH: Aquí, esta bruja que está al lado (señala a la esposa).
P: ¿Fue difícil, Myriam?
Myriam Escobar: Claro, yo creo que ya se hubiera muerto, lo anestesiamos para poderlo meter, porque ya era el tercer intento, o sea, ya había intentado dos veces en clínicas y no funcionaba, y esta última vez ya estaba muy, muy mal. Lo sedaron y ya cuando abrió los ojos estaba encerrado.
P: ¿Qué sentiste en ese momento, lo recuerdas o no?
JCCH: Sí, me levanté de madre, las quería matar… “Esa pinch… vieja la voy a matar donde la agarre”, dije… El día de hoy le doy las gracias.
P: ¿Sientes que eres feliz hoy?
JCCH: Sí soy feliz, lógicamente los problemas nunca se van a acabar, estamos pasando por momentos muy difíciles ahorita con la muerte de mi hermano, lo mataron… Un hermano que está enfermo de cáncer ahorita, mi hermana se acaba de librar de cáncer, pero sí soy feliz porque ahora sí a la responsabilidad la agarro, la enfrento, no la evado, no la cubro con alcohol y droga.
P: ¿Qué le dices al público que está esperando la serie con gran ansiedad?
JCCH: Que tomen lo bueno y no lo malo, porque lo malo no lleva a nada bueno, lo malo es el infierno.. Son 3 cosas: cárceles, hospital o muerte, no hay otra… Y lo bueno es ser feliz.