El boulevard de Orizaba se vistió de colores por el tradicional desfile del Día de Muertos que encabezó el alcalde Juan Manuel Diez Francos vestido de catrín, el símbolo popular de los Fieles Difuntos.
Catrinas, calaveras y carros alegóricos tomaron las calles de la ciudad, Pueblo Mágico. Los contingentes partieron desde la alameda “Francisco Gabilondo Soler” y terminaron en el Fororizaba.
El desfile con el nombre de “Muerte viva” fue una muestra de las distintas concepciones que los mexicanos han tenido de la muerte, desde la época prehispánica hasta la actual, pasando por la colonial y por los años de la Revolución.
Después llegó el “Carnaval de calaveras”, reinaron las catrinas, esqueletos femeninos, así como los catrines, su equivalente masculino.
Orizaba es uno de los municipios que no adoran a la muerte, pero sí la festejan, la ven de una manera festiva, alegre, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares del mundo, donde la muerte es sinónimo de “llorar o tristeza”.